Cuando faltan dos semanas para el inicio de una nueva gestión educativa, empieza el ajetreo de los padres, quienes, ufanos, se dirigen a los mercados y supermercados de la ciudad, en busca de material escolar, guardapolvos blancos y mochilas con figuras de los héroes de temporada.

Para satisfacer esta creciente demanda de las familias, en los días previos al inicio de clases, los comerciantes se surten de mercadería variada, de diferentes marcas, colores y modelos.

En la zona de La Cancha, donde tradicionalmente se vende material escolar, la cantidad de esta mercadería se multiplica de la noche a la mañana, e incluso los puestos que comercializan otros productos cambian de rubro.

Esta misma dinámica se puede advertir en los supermercados de la ciudad, donde los estantes se llenan de cuadernos, archivadores, hojas de papel bond, tajadores, estuches geométricos, entre una diversidad de otros materiales. Los responsables de marketing de estas cadenas salen a promocionar su oferta en programas de televisión, en medio de los noticieros que se difunden especialmente en la mañana.

Asimismo, los colegios comienzan a vender los uniformes escolares o, en otros casos, delegan esta responsabilidad a terceras personas.

Otros padres, que no tienen la posibilidad de comprar los "uniformes oficiales" que ponen a la venta los colegios compran una prenda similar y hacen bordar el logotipo de la institución.

Algunas familias, ante la cercanía del inicio escolar, aprovechan los últimos días de vacación para realizar viajes, visitar a los parientes, salir de paseo en la semana o simplemente organizar jornadas de ocio en el hogar.

Y el aguinaldo de Navidad viene bien para estos propósitos. Los padres previsores, que han guardado una parte de este beneficio, lo utilizan para comprar lo que requerirán sus hijos durante todo el año escolar.

Sin embargo, algunos que gastaron todo su aguinaldo, aseguran que acuden a préstamos con este fin y, en algunos casos, esperan sus salarios para adquirir el material para sus hijos.

Otra obligación que deben pagar los padres, cuyos hijos estudian en un establecimiento privado, es la primera pensión, por adelantado como lo exigen ahora la mayor parte de las instituciones educativas.

Miguel Fernández, un padre de familia, contó a este diario que un requisito para inscribir a su hija a primero de primaria era justamente el comprobante de la primera cuota, la de febrero.

En otros casos, empresas privadas del medio optan por entregar a sus trabajadores cupones escolares, por un monto determinado de dinero, para que ellos los puedan cambiar por material escolar. Esto permite un desahogo a muchas familias, especialmente aquellas que tienen más de un hijo.

Según el cronograma oficial del Ministerio de Educación, la labores escolares comenzarán el lunes 5 de febrero, de no mediar ningún inconveniente por parte de los maestros.

Si todo sale bien, ese día las calles de las ciudades se verán adornadas nuevamente con una gran cantidad de mandiles blancos, y en los colegios se podrá observar a amigos confundiéndose en abrazos.

Esta gestión escolar, además, tendrá al menos 16 modificaciones. Habrá, según una nota publicada por Página Siete de La Paz el 11 de enero, cuatro textos oficiales y de lectura obligatoria.

Entre otros cambios, el ministro de Educación, Roberto Aguilar, mencionó que la materia de física-química deberá dividirse en su horario en un 50 por ciento , y los estudiantes podrán solicitar la beca escolar de acuerdo con sus promedios.

Ahora, lo único que resta esperar es que los cambios establecidos por el Ministerio de Educación se apliquen correctamente y que tanto maestros como estudiantes saquen el mayor provecho posible en las aulas.