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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Acusan a la ONU de permitir "impunidad" ante el acoso sexual

Acusan a la ONU de permitir "impunidad" ante el acoso sexual

LONDRES

La organización de Naciones Unidas (ONU) ha permitido la proliferación de casos de acoso y agresión sexual contra sus empleadas en sus oficinas de todo el mundo, en las que se ignora a las víctimas y los agresores operan con "impunidad", según una investigación divulgada ayer por The Guardian.

La ONU respondió que mantiene una política de "tolerancia cero" acerca del acoso sexual dentro del sistema de Naciones Unidas, pero asume que "desafortunadamente" puede verse afectada como cualquier otra entidad pública o privada.

El periódico británico entrevistó a docenas de trabajadores y exempleados de la ONU, quienes describieron una "cultura del silencio" dentro de su estructura y un sistema fallido a la hora de respaldar a las afectadas.

DENUNCIAS Quince empleadas aseguraron haber experimentado o denunciado situaciones de abuso sexual o agresión en los últimos cinco años, que van desde el acoso verbal hasta violaciones, según el informe.

Siete de esas mujeres denunciaron formalmente haber sido víctimas de uno de esos delitos.

"Si denuncias, tu carrera prácticamente se acaba, especialmente si eres asesor", indicó de manera anónima una de estas empleadas, que confesó haber sufrido acoso por parte de un supervisor dentro de la organización mientras trabajaba para el Programa Mundial de Alimentos.

The Guardian pudo hablar con trabajadores de la ONU de más de diez países diferentes, bajo la condición de mantener su anonimato, de los que tres mujeres que denunciaron haber sido víctimas de acoso sexual revelaron que, desde entonces, habían perdido sus empleos o les habían amenazado con la rescisión de sus contratos el pasado año.

IMPUNIDAD Por contra, según la investigación, los supuestos agresores continúan todos en sus puestos de trabajo.

Una de las afectadas, que denunció que fue violada por un superior del personal de la ONU mientras trabajaba en una localidad remota, afirmó que pese a presentar evidencias médicas y a contar con testimonios de testigos, una investigación interna llevada a cabo por la Organización concluyó que "no había pruebas suficientes" para respaldar su acusación. Junto con su empleo, esa mujer perdió además su visado y pasó meses hospitalizada debido al estrés y el trauma de lo ocurrido.

Otras dos mujeres lamentaron "filtraciones de las investigaciones".