Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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UN POCO DE SAL

El Dakar y la Agenda Patriótica

El Dakar y la Agenda Patriótica
Al principio parecía un contrasentido. ¿Cómo un Gobierno que apuesta por la descolonización puede apoyar con tanta convicción una competencia tan colonial como el Rally Dakar? Pero, ahora, tal contradicción ha desaparecido. Sabemos que, en el fondo, el MAS tiene como proyecto histórico la consolidación del capitalismo mono exportador de materias primas. Ni descolonización ni Estado Plurinacional ni derechos de la Madre Tierra. Nada de eso.

La Agenda Patriótica 2025 expresa los verdaderos objetivos del “proceso de cambio”: 1) ampliar la frontera agrícola en 300 por ciento , favoreciendo a la agroindustria y al latifundio improductivo, y 2) convertir a Bolivia en el centro energético de Sudamérica, beneficiando al capital transnacional.

Para el logro de estos “objetivos históricos” el MAS viola cotidianamente la Constitución Política del Estado. El 2017 ha subastado (sin mucho éxito) 80 campos potencialmente gasíferos para actividades de exploración. Varios de estos campos, ubicados en áreas protegidas y en territorios indígenas. Por supuesto que no aplicó la consulta previa. Aprobó sin coherentes fichas ambientales, proyectos hidroeléctricos y de energía nuclear. Consolidó la deforestación ilegal de la agroindustria, limitó la exigencia de la Función Económica y Social para los latifundios, y abrió las puertas para más cultivos transgénicos.

¿Se podría pensar en algún proyecto más colonial que la Agenda Patriótica? Ni en tiempos neoliberales el capital transnacional y los tradicionales grupos económicos de poder de Bolivia recibieron tal cúmulo de beneficios a costa de los derechos de los pueblos indígenas, y de los derechos de la Madre Tierra. A costa, en fin, de los derechos de todos y todas las bolivianas. Así, el Dakar cobra sentido. No solo es un espectáculo para “distraer” a una población movilizada contra el Código Penal. Es, ante todo, un ritual. Como todo ritual refuerza los valores colectivos: la admiración, casi un culto, por el “progreso occidental”. Progreso al cual hay que sacrificar a la Madre Tierra que es sometida por el “hombre blanco”.

Colonialismo, capitalismo y machismo. Todo en uno, para legitimar el proyecto del Gobierno y las ansias de poder de un Presidente que olvidó hace tiempo su origen campesino y popular.