Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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MIS CIRCUNSTANCIAS

Sin principios ni reglas entre pares

Sin principios ni reglas entre pares
Revisando la historia del fútbol boliviano encontramos que nunca disfrutó de una salud o paz plena. Desde 1925 a la fecha, excepto algunos intérvalos, las relaciones siempre fueron de fricción y pulseta, con diferentes protagonistas.

Se repite la palabra reestructuración, cuando lo correcto sería estructurar una organización nacional sólida, que trabaje por el fútbol en general y no solo para determinado club o asociación, en detrimento del resto.

Las directrices fueron resultado de prebendas, manipulaciones y acuerdos de algunos dirigentes de clubes y asociaciones, sin participación de la mayoría futbolera, ni qué decir de los aficionados o periodistas que no tenemos voz ni voto.

La mayor responsabilidad de arreglar la crisis crónica vigente recae en los dirigentes de los clubes profesionales, sin la tramposa paridad, que asquea por su utilitarismo electoral. Sin embargo, es complicado elegir entre un presidente que tiene un virrey por encima, controlando el club por twitter, y otro que no da la talla para dirigir la FBF.

Es difícil el consenso entre los clubes profesionales y asociaciones, cuando entre ellos no existen ni respetan principios ni reglas, en su sorda y permanente confrontación de intereses de breve plazo, urgidos más que nunca de resultados inmediatos.

La ética es algo que desconoce la mayoría de los directivos, especialmente de los llamados clubes grandes, que no tienen ningún escrúpulo en quitar jugadores a sus pares o robar a los chicos, con ofertas en pleno campeonato.

Terminó la aventura -casi pesadilla- para Petrolero de Yacuiba y comienza para nuevos equipos que se someterán a la maquinaria destructora de sueños, que es el modesto fútbol boliviano que, incomprensible e innecesariamente, aumentó a 14 en la denominada división profesional.

Para que las asociaciones tengan un sentido y fuerza real, los nueve departamentos deberían tener representación en el fútbol profesional. Sería ideal La Paz, Santa Cruz y Cochabamba con dos equipos y el resto con uno, apoyado por instituciones públicas y privadas, además de aficionados.

Mientras no exista una estructura, con dirigentes y personal de trabajo idóneos, continuará la improvisación, porque en río revuelto, ganancia de pescadores.