Todos los años en enero se repite la misma historia. Decenas de personas madrugan y hacen fila en las puertas de la Dirección Distrital de Migraciones de Cochabamba para hacer el trámite y sacar el ansiado pasaporte que les permita viajar fuera del país. En los últimos días, la demanda fue tan grande que algunos ciudadanos decidieron hacer fila una noche antes, pese al frío y al riesgo de estar en la calle. La viveza criolla volvió a aflorar. Algunas personas decidieron aprovechar la coyuntura e hicieron fila para vender su espacio a los que por comodidad o poco tiempo no pueden esperar horas para realizar el trámite.

Esa versión fue confirmada a este medio de comunicación por el director de Migraciones, Bladimir Orellana.

La autoridad señaló que revisaron las filas y encontraron a personas que no tenían ni un solo documento y no lograron explicar las razones por las que estaban en el lugar.

Aseguró que el viernes detectaron a los “vendedores de filas”. Inmediatamente aplicaron medidas correctivas y los alejaron del lugar de forma definitiva.

“Les hemos advertido que no les permitiremos volver a las filas y que si intentan hacer trámites también serán expulsados”.

Las familias aprovechan el tiempo de vacaciones en los colegios y universidades para vacacionar, es por eso que la demanda de pasaportes subió de 60 al día a 100 que ahora entrega Migraciones de Cochabamba.

A diferencia de lo que sucedía hace algunos meses (en 2017), ahora, las personas obtienen el documento en menos de una hora, según Orellana.

Todo depende del cumplimiento de los requisitos (carnet de identidad y certificado de nacimiento originales, constancia de sufragio y que los que tramitan el documento estén presentes).

El proceso es rápido. Los interesados primero deben presentar todos los papeles a un funcionario para que sean revisados. Ese paso demanda un tiempo de unos cinco minutos. Si todo está en regla, inmediatamente reciben un número de cuenta para que vayan a pagar al Banco Unión los 546 bolivianos. El Director de Migraciones aseguró que ese paso es el que más demora, porque no existe una agencia de la entidad financiera en los alrededores de las oficinas de Migraciones. Una de las más cercana está ubicada en la avenida América, por lo tanto, cumplir con ese pago demanda tiempo, más aún ahora que también hay mucha demanda de operaciones en los bancos.

Cumplido ese paso, los tramitantes vuelven a Migraciones, pasan otra instancia de control que autoriza la toma de las huellas dáctilares y la fotografía. Ahí suelen demorar entre 30 a 40 minutos. Finalmente, tras otra espera de una media hora, los ciudadanos reciben el pasaporte.

Los tiempos para sacar ese documento se han acortado, ya que hasta el año pasado, los interesados se tomaban un día para hacer el trámite. Lo iniciaban en la mañana y recién pasadas las 18:00 horas tenían el pasaporte.

Lo que no se logra superar son las filas, que en época alta, los meses de vacaciones de medio año (julio) y de fin de año (diciembre y enero) son frecuentes e incluso dan lugar a que personas inescrupulosas las comercialicen y se aprovechen de la necesidad de las familias por sacar el documento.

Y es que, pese a que las personas que necesitan hacer trámites de arraigo, certificaciones y legalizaciones, entre otros, no necesitan hacer fila porque la atención es diferenciada, lo hacen.

El Director Distrital de Migraciones dijo que destinó más personal para que ayude a revisar la documentación desde las filas y de esa manera aliviar el problema.

Sería bueno que las personas que necesitan el pasaporte lo tramiten en los otros meses del año y no precisamente esperen la época alta para hacerlo. Eso ayudaría mucho.