Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 20:39

PESQUISAS EN IRONCOLLO

Caen tres pandilleros implicados en el feminicidio de contadora

Al menos seis integrantes de un grupo delincuencial son buscados por la violación y asesinato de Lidia Montesinos Coca. El principal sospechoso fue capturado y confesó.
Caen tres pandilleros implicados en el feminicidio de contadora


Mientras familiares y amigos lloraban y enterraban los restos de Lidia Montesinos Coca, la contadora de 22 años recién graduada que fue violada y estrangulada en Ironcollo, una mujer que acompañaba el sepelio reconoció entre los asistentes a El Chuki, un joven integrante de una pandilla que siembra el terror en esa zona de Quillacollo.

La mujer gritó y entre todos aprehendieron a El Chuki. Lo rodearon y amenazaron con lincharlo si no contaba todo lo que sabía del asesinato de Lidia.

“Parece que fue a curiosear, a averiguar qué sabíamos de los criminales y terminó confesando y dando nombres. Incluso dijo: ‘Yo soy El Chuki, soy el jefe, a varias chicas hemos hecho así, no solo a la Lidia’”, contó una pariente de Lidia. El Chuki ya tiene antecedentes de violencia y al ver a tanta gente enfurecida empezó a brindar información sobre sus presuntos cómplices.

“Ahí estaba el Emilio, no me acuerdo su apellido. Otros más....”, se lo oye musitar. La Policía tuvo que intervenir en el camposanto Falsuri para aprehender a El Chuki y rescatarlo de un posible linchamiento.

Los investigadores de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia y de la Fiscalía ejecutaron un operativo en otro lugar y capturaron a un segundo cómplice. En horas de la tarde los allanamientos continuaron y cayó un tercer sospechoso.

OPINIÓN conoció que hasta el cierre de esta edición la búsqueda de los demás cómplices seguía. Sin embargo, las autoridades policiales y fiscales ya no quisieron brindar informes al respecto, para no entorpecer las investigaciones.

La madre de Lidia Montesinos lloró amargamente y denunció que su familia fue amenazada por los pandilleros que le arrebataron a su hija. “Mi pena no tiene fondo, mi corazón me duele. No puedo ni respirar. Mi hijita se graduó de Contabilidad tres días antes de que me la maten. Yo también estoy muerta. Y tengo miedo de que me quiten a mis dos hijos, porque esos pandilleros les habían agarrado y les dijeron: ‘Van a morir ustedes más’. Pido que me ayuden, no tengo dinero para abogados”, clamó la mujer.

El alcalde de Quillacollo, Eduardo Mérida, se reunió con la madre y otros familiares de Lidia. Prometió ayudarles legal y económicamente. También se reunió con el Comandante de la Policía de Quillacollo, la Defensoría y la Intendencia para instruir que se luche contra las pandillas que están sembrando zozobra en ese municipio y se clausure los locales que fomentan la expansión de estos grupos delictivos.