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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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INNOVACIÓN Y FINANZAS

Banca 2017: lo bueno, lo malo y lo feo

Banca 2017: lo bueno, lo malo y lo feo
El 2017 ha sido un año caracterizado por varios hechos y eventos suscitados en el sistema financiero nacional, durante el periodo diciembre 2016 a octubre 2017, que pueden ser clasificados como buenos, malos y feos.

Entre lo bueno, podemos mencionar que la banca ha crecido un 11%, lo que equivale a casi dos mil millones de dólares, impulsando con fuerza el crédito al sector productivo y a la vivienda social que, a su vez, han crecido: 1.173 millones de dólares y 523 millones de dólares, respectivamente. Esto ha significado que la banca haya incrementado en cartera productiva más vivienda social un 3.6%, habiendo pasado del 51% a 54.6%, en el periodo señalado. Por lo tanto, la banca estaría a solo 5.4% de la meta del 60% que debe llegar para fines del 2018.

Otro hecho positivo ha sido que la mayoría de los bancos ha comenzado a dar los primeros pasos hacia la banca digital, a través del cambio de sus plataformas informáticas, reorganizando sus áreas comerciales, cambiando sus modelos de negocio, creando nuevas áreas de innovación, desarrollando nuevos productos y servicios a través de nuevos canales, realizando alianzas estratégicas con empresas fintech, etc. Todo esto ha creado un ambiente de entusiasmo y competencia por quién llega antes al objetivo digital, inclusive algunos bancos ya se han apropiado del concepto “banca digital”, destacando su compromiso con el proceso de renovación e innovación en el mercado.

Entre lo malo, podemos citar el menor ritmo de crecimiento que han tenido las captaciones en la banca. Los depósitos se han incrementado solo un 8%, en el periodo mencionado, por aproximadamente 2.100 millones de dólares. Ante ello, el BCB tomó la decisión de reducir la tasa de encaje legal, con el objetivo de inyectar al sistema 4.000 millones de bolivianos para que esos recursos sean destinados al crecimiento de los créditos productivos. Este hecho se hace todavía más evidente cuando vemos que la liquidez se ha reducido desde diciembre 2015, cuando era de más de 6.500 millones de dólares, a 5.700 millones de dólares para octubre de 2017, casi 800 millones de dólares menos. Otro hecho negativo es el incremento de la cartera en mora, desde 1.45% en 2015 a 1.58% en 2016 y 1.85% a octubre 2017. Y hay un menor índice de previsiones, que ha pasado de 287.4% el 2015, a 254.6% el 2016, hasta 220.2% a octubre del 2017. Si bien la mora y las previsiones aún tienen índices adecuados al nivel de riesgo asumido por la banca, lo que preocupa es la tendencia. Preocupa también que, por temas regulatorios, cada vez más pymes y microempresas estén saliendo del sistema bancario y tengan que recurrir a prestamistas que han resurgido, cobrándoles tasas de usura y bajo un esquema severo e inflexible de cobranza.

Otro indicador que se ha visto afectado es la rentabilidad sobre patrimonio, que ha pasado de 15.32% a diciembre 2016 a 13.21% a octubre del 2017, en los bancos múltiples, principalmente afectada por la competencia por ganar clientes y la disminución de tasas a las que son colocados los préstamos al sector productivo y de vivienda social.

Lo feo este año en la banca ha sido el fraude acontecido en el Banco Unión, por la suma de 37.6 millones de bolivianos, después de haberse vulnerado varios filtros y controles internos y de auditoría externa.