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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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La moral del ch’ikhi (III)

La moral del ch’ikhi (III)
En aymara existe una palabra para designar inteligencia y, al mismo tiempo, picardía: ch’ikhi. La Real Academia de la Lengua Española (RAE) señala que el adjetivo castellano pícaro significa ruindad, engaño, maldad, también bellaquería. Precisa además que es una acción deshonesta e impúdica. Por lo tanto, ser pícaro es sinónimo de inmoralidad.

Según Romero, en la cultura quechua y aymara, un niño o niña ch’ikhi es considerado inteligente. Por lo tanto, la picardía es señal de inteligencia. Lo que conlleva a que se asimile la inteligencia con un acto inmoral. ¡El inmoral es inteligente, el moral estúpido! Este autor revisó distintos diccionarios y encontró que el significado puede referirse a la picardía como a la inteligencia. Un niño o niña ch’ikhi se traducirá como “vivo”. Una persona es “viva” cuando actúa con ingenio. El diccionario de la RAE indica que la palabra vivo, entre otras cosas, hace referencia al ingenio sutil.

Romero, al darse cuenta de la incongruencia moral del bellaco con la inteligencia, considera que debería comprenderse la palabra ch’ikhi en dos acepciones, la primera en el sentido moral negativo alusivo al astuto, mentiroso y egoísta, la segunda al sentido moral positivo, relacionado con la reflexión, la creatividad y la honestidad. Sin embargo, no existe evidencia lingüística de que sea así, porque el mismo autor elabora un listado de sinónimos para el concepto castellano de inteligencia en el quechua (v.g. yuyayniyuq, sunquyuq, umayuq, etc.), no encontrándose la palabra ch’ikhi entre ellas.

Entonces, puedo plantear la siguiente hipótesis: si una persona es pícara, será considerada inteligente. De lo cual puede concluirse falsamente, que la picardía es correctamente moral.

Es poco probable que esta distorsión de lo moral sea producto de las culturas aymara y quechua, puesto que los parámetros morales se insertan en el bienestar de la comunidad, sancionándose de manera rígida al ladrón, al flojo y al mentiroso. El pícaro tiene los tres defectos fundamentales del código aymara. Es, pues, más favorable pensar que la semántica del ch’ikhi sea producto de la inversión de valores gestada por la conquista y el coloniaje.

Sin embargo, es profunda la implicancia del concepto en la vida cotidiana de los paceños. Muchas veces he visto automovilistas que respetan las señales del semáforo en día festivo o durante la madrugada ser víctimas de insultos por parte de los choferes pícaros (...).