Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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CIUDAD SUSTENTABLE

Planificando la emergencia

Planificando la emergencia
De un tiempo a esta parte, las autoridades locales se han dedicado a solucionar problemas contingentes, producto de la ausencia de análisis integrales. Los resultados son salvavidas de corto plazo, de gran inversión y poca satisfacción del desarrollo urbano. Es fácil fundamentar esta aseveración: nudos viarios antifuncionales y obsoletos a pocos años de su implementación, servicios básicos insuficientes, espacios públicos “privados” inaccesibles, ausencia de un sistema integrado de transporte, falta de prevención de los efectos de desastres naturales. ¿Qué falta? ¿Qué sucede? Las grandilocuentes ofertas electorales no armonizan con la realización efectiva de obras que satisfagan el confort urbano y mejoren las condiciones de habitabilidad.

¿Dónde viven las autoridades? ¿Es tan difícil establecer un proceso de planificación de la ciudad con soluciones de largo plazo y eficiencia funcional para la ciudadanía? No es posible tener vías cerradas durante tantos meses, rutas improvisadas, tiempos perdidos, falta de control, caos total. Una ciudad con 632 mil habitantes y los mayores ingresos económicos por concepto de coparticipación tributaria no puede convivir con la congestión y contaminación propias de Cochabamba. No es posible mostrar solo un rol político de las autoridades. Una ciudad requiere mayor facultad de gestión municipal para priorizar tiempos, inversiones y capacidades técnicas que solucionen problemas emergentes del crecimiento y la expansión.

Las amenazas de origen natural pueden provocar desastres con mayor facilidad en las precarias construcciones de los barrios marginales, y bajo la aquiescencia tácita funcionaria, cuyo lamento compasivo no soluciona problemas. La prevención ofrece resultados cuya motivación debe partir de las autoridades que pugnaron denodadamente para administrar la ciudad, no para involucrarnos en un desconcierto urbano que visibiliza el déficit de planificación.

La planificación reduce la incertidumbre sobre el futuro y rechaza la improvisación cuando el problema ya se ha producido. Es necesario anticiparse a los efectos de los problemas que son recurrentes cada año. La autoridad local debe trabajar en revertir la situación de conflictos y desequilibrios territoriales, a través de una planificación estratégica y sustentable, con acciones de impacto espacial hacia un crecimiento ecuánime, integrado, sustentable, socialmente justo, y eficiente que permita reordenar su territorio.