Rosa Frías, quien fue denunciada por la presunta comisión del delito de Trata y Tráfico de cinco kenianos, desmintió las acusaciones en su contra. Aseguró que ella realizó la tramitación para que los extranjeros lleguen al país a trabajar, pero que ella pagó el sueldo acordado, les consiguió un espacio en condiciones óptimas y que no retuvo sus pasaportes, como afirmaron los denunciantes.

La mujer de 72 años de edad relató que los africanos llegaron al país el 14 de noviembre y que iniciaron sus funciones en el circo el 20. Indicó que ellos recibieron 200 dólares cada uno como pago por la primera semana, pero que no existe un comprobante del mismo. También aseveró que los extranjeros contaban con departamento de tres ambientes, cuyo alquiler ella obsequió por el primer mes.

En contraparte, cuando la Policía inspeccionó la vivienda de los hombres, reportó que contaban con una sola habitación para ellos.

Explicó que los extranjeros insistieron en venir a Bolivia, alegando que se encontraban en una mala situación en su país. Por ello, les envió una carta de invitación.

Indicó que los ciudadanos kenianos le ofrecieron sus servicios como acróbatas y que ella cumplió todos los requerimientos legales para que puedan ingresar a Bolivia.

"Ellos se contactaron mediante Facebook y WhatsApp y me ofrecieron sus servicios como artistas, pedían 250 dólares cada uno y los pasajes y yo les dije que era muy caro", señaló.

Con relación a la denuncia de hacinamiento y carencia de alimentos, aseguró que les brindó un departamento, con colchonetas y una cocinera y utensilios para que ellos puedan cocinar.

"Si ellos se cocinaban una vez al día, ya no es responsabilidad de nosotros", afirmó

Lamentó que su circo haya sido desprestigiado con las denuncias y que 19 personas hayan sido afectadas en su fuente laboral.