Bolivia instaló un nuevo campamento móvil de lucha contra el contrabando cerca de la frontera con Chile, el tercero para combatir el tráfico ilegal de mercancías en territorio boliviano.

El Ejército y la Aduana Nacional, encargada de controlar el comercio exterior en Bolivia, comenzaron en "las pasadas horas" sus operaciones en el nuevo puesto instalado en la población de Llica (suroeste), a unos cincuenta kilómetros de la frontera chilena, según un comunicado del servicio aduanero boliviano.

Este campamento a 3.680 metros de altura en el departamento de Potosí tiene capacidad para 32 personas, entre funcionarios de Aduana y de las Fuerzas Armadas.

El objetivo es el control de "camiones de alto tonelaje que ingresen al país con mercancía ilegal desde territorio chileno", destacó la Aduana Nacional.

"La mercancía que proviene de este sector es línea blanca -electrodomésticos-, televisores, ropa y vehículos a medio uso", explicó.

Estos productos "ingresan al país por rutas no autorizadas y son comercializados en diferentes regiones, afectando sobremanera al mercado interno y la recaudación de tributos a nivel nacional", advirtió el servicio aduanero.

La labor de Ejército y la Aduana Nacional permitirá limpiar la imagen de "un pueblo signado de contrabandista", destacó la presidenta ejecutiva de la entidad aduanera, Marlene Ardaya.

El alcalde de la localidad, Edgar Apala, recordó que habían solicitado "aquí y en otros sectores como La Queca puestos militares y cuarteles para dar seguridad ciudadana".

La Queca, en el departamento de Oruro (oeste), es uno de los puntos donde están previstas nuevas instalaciones de este tipo para la lucha contra el comercio ilegal de mercancías, hasta un total de al menos ocho.

La primera se instaló el pasado octubre en Charaña, cerca de Chile, y la segunda en Yacuses, en la frontera con Brasil. Bolivia mantiene con países como Chile y Brasil acuerdos de coordinación del control fronterizo, que incluyen la lucha contra el contrabando.