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  • Diario Digital | jueves, 18 de abril de 2024
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Tras la usura

Regulación.  Lamentablemente, estas casas de empeño, para muchos casas de usura, nunca fueron reguladas y hasta ahora son ellas las que fijan sin ningún límite los porcentajes de interés.<BR>
Tras la usura
En julio de 2013, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) identificó a 496 casas de empeño en el país, y anunció que, una vez se promulgue la Ley de Servicios Financieros, procederá a regular su trabajo, sobre todo las excesivas tasas de interés que ya en ese tiempo cobraban.

De ese tiempo a la fecha, han transcurrido más de cuatro años y, recientemente, la máxima autoridad de la ASFI, Lenny Valdivia, volvió a anunciar que a partir del 2018 iniciará la regulación del funcionamiento de las casas de préstamo, para frenar la usura, pero además para transparentar las operaciones que realizan en el país.

La medida, que finalmente esperemos se aplique el próximo año que está a la vuelta de la esquina, es urgente y necesaria. No es posible que quienes se dedican a realizar préstamos en estas casas de empeño tengan que lucrar con la necesidad de las personas, a quienes incluso llegan a cobrar un 20 por ciento de interés mensual, porcentaje totalmente irrisorio y abusivo.

Lamentablemente, estas casas de empeño, para muchos casas de usura, nunca fueron reguladas y hasta ahora son ellas las que fijan sin ningún límite los porcentajes de interés.

Esa situación debe acabar y debe ser la ASFI la que fije los intereses, así como lo hace con las entidades del sistema financiero del país.

Si bien es cierto que estas casas de empeño no trabajan igual que las entidades financieras, donde las exigencias para un préstamo son rigurosas y hasta burocráticas, deben ser reguladas para cobrar intereses razonables y no usureros, como lo vienen haciendo.

Asimismo, las que existen deben trabajar en el marco de la transparencia y no la clandestinidad o camufladas como otro tipo de negocios.

De esta situación también tiene conocimiento la ASFI, que realizó un censo de las casas de empeño, y constató que 321 (59 por ciento ) están identificadas, mientras que el 41 por ciento (222) no lo están y se negaron a dar información a personeros de la entidad reguladora.

“¿Qué hemos identificado? Que el principal problema de las casas de préstamos es que cobran altos intereses con cargo a comisiones”, explicó Lenny Valdivia, el pasado 12 de diciembre en la sede de Gobierno, donde anunció que desde el próximo año la institución que dirige iniciará la regulación del funcionamiento de estos negocios.

La autoridad también indicó que el principal objetivo para que sean incorporados al ámbito de regulación de la ASFI es que “este segmento ha tenido una proliferación, un crecimiento, pero no está bajo el control de ninguna autoridad".

Desde ya, esta situación ha despertado preocupación en quienes se dedican a los préstamos y han expresado que las comisiones que cobran no pueden ser modificadas de un día para otro, porque ello mermará sus ingresos.

Además, aducen que, por la forma que realizan los préstamos, arriesgan su capital. Asimismo, indican que en varias ocasiones los prestatarios nunca llegaron a pagarles y que los equipos o joyas que empeñaron no cubrieron el total del dinero otorgado.

Es cierto que los que se dedican a esta actividad arriesgan su capital, pero nada justifica que tengan que cobrar hasta un 20 por ciento mensual por los préstamos realizados.

Por ejemplo, si una persona se presta mil dólares y se compromete a pagar el monto en cinco meses, este prestatario debe cancelar 200 dólares mensuales solo por la comisión. Esto significa que al término de los cinco meses llegará a pagar 2 mil dólares, por el capital y la tasa de interés.

Ahora bien, hay casas que realizan préstamos que van entre el 5 y 10 por ciento mensuales, porcentajes que, creemos, también son altos y usureros.

En ese sentido, la ASFI está obligada a aplicar la ley y regularizar sobre todo las comisiones que cobran. En ningún momento creemos que su intención sea buscar la desaparición de estos negocios, sino transparentarlos y frenar la usura.