Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 21:48

EL DOCUMENTAL “TRIBUS DE LA INQUISICIÓN”, PRODUCIDO POR EL PERIODISTA BOLIVIANO ROBERTO NAVIA Y BASADO EN UNA CRÓNICA SUYA, FUE NOMINADO A LOS CÉLEBRES PREMIOS GOYA DE ESPAÑA.

Navia: “Acompañamos al ser humano más allá de los datos”

Navia: “Acompañamos al ser humano más allá de los datos”



La mañana de ayer trajo consigo buenas noticias para el cine y el periodismo nacional. El documental “Tribus de la inquisición”, de la directora española Mabel Lozano, fue nominado a mejor corto documental para los premios Goya, considerados los Oscar del cine en español, de este entrante 2018.

El filme se basa en la crónica homónima, ganadora de un premio Rey de España, escrita por el periodista cruceño Roberto Navia, quien también fue parte de la producción de esta cinta.

Ni bien recibida la noticia, OPINIÓN se contactó con Navia para conversar sobre este paso importante.

Roberto Navia nació en Santa Cruz el año 1975 y es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. A lo largo de su carrera ha recibido múltiples galardones nacionales e internacionales por su destacada labor periodística.

P. ¿Cómo ha recibido la noticia de la nominación?

R. Bueno, muy motivado, bastante sorprendido, porque ocurrió bien temprano. Fue un desayuno bastante agradable porque fue el resultado de un trabajo que venimos desarrollando desde hace buen tiempo. Inició como una idea modesta de poder narrar la historia de una familia que había sido víctima de un linchamiento tremendo, porque la noticia caliente ya había rebasado y ellos estaban ahí, masticando su dolor. Terminé escribiendo una crónica que ganó un Premio Nacional y el premio Rey de España, y después lo convertimos en un documental, tras haber conocido a Mabel Lozano en Madrid, justamente cuando fui a recibir el premio. Es una cadena de muchísimo orgullo, mucho trabajo, mucho esfuerzo, pero además estamos consiguiendo que el tema de los linchamientos no sea ignorado en Bolivia, donde este drama mayúsculo es cotidiano.

P. Usted ha sido coproductor del documental, ¿cómo ha sido este trabajo?

R. Cuando escribí “Tribus de la inquisición”, terminé una fase que había sido una investigación bastante silenciosa, porque uno como periodista se mete y puede trabajar en el anonimato. Pero cuando empezamos a trabajar en el documental, fue bastante comprometedor, en el sentido del riesgo, entrar a un lugar muy difícil, donde existe la ley del silencio, y donde si es que saben que uno está investigando sobre un macabro hecho, puede correr riesgos. Entonces fue volver al escenario de una manera clandestina para hacer un trabajo de preproducción, continuar investigando, preparar el terreno para después rodar con todo el equipo, con la directora que llegó desde Madrid, realizar un plan estratégico para rodar, salir, dormir en otro lugar, volver al día siguiente, ir al cementerio, estar en el pueblo, estar en la plaza, estar en la casa de los afectados, de las víctimas. Ha sido un trabajo bastante intenso, un poco estresante en algunos momentos, pero sin lugar a dudas muy apasionado.

Además se ha logrado armar un equipo maravilloso, y de la mano de Mabel Lozano todo resulta artístico, poético, fuerte y apasionante. Entonces ha sido una confianza mutua, tanto de mi persona a ella, como directora y ella hacia mí como narrador primario de esta historia. Ha sido una experiencia que nunca antes había vivido y hasta ahora.

P. ¿Qué diferencias sustanciales encuentra entre la crónica y el documental de “Tribus de la inquisición”?

R. Con la crónica cerré una etapa narrativa, en el sentido de una investigación que realicé silenciosamente. En el caso del documental damos un paso más allá de la crónica. Intentamos ir cerrando círculos, buscamos respuestas a preguntas que tienen que ser visibles y que no tienen que quedar bajo la alfombra.

Conseguimos hacer un análisis más detallado de los acontecimientos, enriquecemos las fuentes, hacemos un análisis más jurídico del asunto, consultando a expertos en el tema de leyes. Entramos en la epidermis de las víctimas, logramos entrar a la cárcel, donde estaban dos de las víctimas. Es decir, damos no solo un paso, sino un salto más allá de la crónica. Se convierte en un sacrificio mayor porque eso hay que mostrarlo con imágenes, y entrar con eso a lugares conflictivos suele ser más difícil.

Hemos conseguido enriquecer la cantidad de fuentes, y no solamente narrar el qué del problema, sino también preguntarnos el porqué ocurre esto y por qué continúa sin medidas que puedan hacer frente a este gran drama que pone a Bolivia en el subcampeonato de los linchamientos a nivel latinoamericano.

P. ¿Siente que con esta nominación ya puede desembarazarse de este tema y darlo por concluido o más bien implica un compromiso mayor?

R. Implica un compromiso mayor, y prueba de ello es que la historia no la he abandonado. Hace unos 20 días estuve nuevamente en la zona porque estoy escribiendo un libro, tratando de novelar toda esta historia, porque en el ínterin de la crónica al documental y del documental al libro han seguido ocurriendo situaciones que no se han difundido en los medios de comunicación y de las que la sociedad boliviana e internacional no se ha enterado. He tenido acceso a ellas en estas visitas nuevas que he realizado a la zona, y van a enriquecer mucho más el documental y que voy a plasmar en el libro.

Es una historia que yo no he concluido, Mabel Lozano tampoco lo ha hecho. Es más, además del trabajo cinematográfico periodístico y literario que estamos realizando, hay un compromiso humano. Por ejemplo, con Álvaro, una de las víctimas, se está realizando una campaña para que se pueda operar las manos y se le puedan separar los dedos, para que así pueda regresar a la vida laboral.

Estamos acompañando al ser humano más allá de la fuente, más allá de los datos, más allá de las estadísticas, y estoy haciendo un seguimiento a estas personas que ya son amigos entrañables. Estamos llevando a cabo una cruzada contra los linchamientos.

P. ¿Planea viajar a la ceremonia de premiación?

R. Sí, estamos con muchísimas ganas, y organizándonos para estar presentes en la ceremonia que se va a realizar este 13 de febrero. Sin lugar a dudas es un momento muy bonito para Bolivia, para quienes narramos esta historia, para el periodismo y para el cine.

Cualquiera sea el resultado nos parece que este es un gran logro. Estamos nominados junto a cintas de renombre internacional que han participado también en festivales de muchísimo respeto. Entonces, estar ahí compitiendo con ellos nos pone en las ligas mayores de esta maravillosa forma de narrar el mundo.