Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Adiós al Oso García, maestro y héroe del 63

Caballero. Lo hacía con su imponente vozarrón que condecía con aquel físico que le mereció el apodo con justicia, y desde la rigurosa gallardía de los caballeros de antes.<BR>
Adiós al Oso García, maestro y héroe del 63
Las generaciones posteriores a 1963, cuando Bolivia logró una de sus contadas glorias deportivas como es la del Campeonato Suramericano de ese año, recordarán a Ausberto Oso García Céspedes no solo como gran protagonista de aquella gesta, sino como un gran formador de niños y jóvenes.

Familiares, compañeros, amigos, discípulos y el mundo del deporte dieron ayer el último adiós en el Cementerio General al futbolista y luego entrenador, quien falleció un día antes, a los 83 años y a causa de un accidente cerebrovascular (ACV) que lo fue consumiendo en los últimos años.

Sin embargo, muchos aún veremos al profe pasear por las canchas de la escuela Enrique Happ. Allí, entrado en canas, aunque sin que ello signifique merma alguna de su agilidad, García pasó buena parte de su vida educando a menores no solo en la técnica del balompié, sino en disciplina, valores y hasta en higiene corporal. Lo hacía con su imponente vozarrón que condecía con aquel físico que le mereció el apodo con justicia, y desde la rigurosa gallardía de los caballeros de antes.

Tal la imagen que del profe Oso conservaremos los que pasamos por su apostolado atlético, junto a dos máximas en las que insistía: que el fútbol era una cuestión de honor y pasión, no como, ya en esos tiempos, un negociado; y que nunca de los nuncas había que deambular por el campo de juego dándole la espalda al balón. Apenas esas dos consignas ya hablan de la mística e integridad del maestro.

García, como decíamos en principio, fue uno de los principales gestores del único título que conquistó Bolivia, el del Campeonato Sudamericano de 1963. La Verde terminó ese certamen como invicta y con una gran producción del Oso, quien anotó tres goles en seis partidos, recordó OPINIÓN. Fue un jugador que tenía un excelente dominio de la pelota. Además, tenía llegada sobre el arco rival y también calidad en sus remates de media y larga distancia.

García también escribió con letras doradas el tetracampeonato que conquistó con Wilstermann en los años 1957, 1958, 1959 y 1960, con una alineación que hizo temblar a los rivales. El “equipo de oro” estaba conformado por: Wálter Zamorano, Wilfredo Villarroel, José Trujillo, Óscar Claure, José Rocabado, Mario Zabalaga, Carlos Trigo, César Sánchez, Máximo Alcócer, Ausberto García, Renán López, Alfredo Soria, Rómulo Cortez, Lucio Hurtado, José Rico, Osvaldo Villarroel y Jesús Herbas.

El Oso de igual modo fue campeón con Wilstermann en 1967, cuando logró el título de la primera división. Participó en varios torneos de la Copa Libertadores de América con destacadas actuaciones del plantel Aviador. Fue el jugador que dio el primer puntapié de la Libertadores, el 19 de abril de 1960, en el mítico estadio Centenario de Montevideo, cuando se enfrentó al Peñarol uruguayo. Este registro lo hizo público la Confederación Sudamericana de Fútbol en la historia de la Copa. Del equipo campeón de 1963 solo quedan vivos tres cochabambinos: Jesús El Pichón Herbas, Renán López y Osvaldo Villarroel.

El Oso asimismo fue denominado como El Maestro por su juego técnico, habilidoso y cerebral. Tenía un toque medido que dejaba al delantero con la pelota frente al portero rival. Luego de retirarse como jugador profesional, no pudo dejar las canchas y fue entrenador de varios equipos. “Mi papá fue entrenador de Wilstermann, Independiente Petrolero de Sucre, Ayacucho Festaco, Municipal y Enrique Happ. Él estuvo siempre dedicado al fútbol y a su querido club Aviador”, declaró el hijo de Ausberto García, durante el velatorio.

Con mucha razón, comenzando por el Presidente del país, todos hemos lamentado la partida del inolvidable deportista y educador.