Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 00:00

OJO DE  VIDRIO

¿Democracia o notables?

¿Democracia o notables?
La participación masiva del voto popular en las elecciones judiciales muestra al menos dos cosas: 1) Que no hay que temerle a la consulta democrática; y 2) Que no hay por qué convocar a notables para tener una mejor justicia. La cantidad de votos nulos y blancos es una crítica popular al desempeño de la justicia, lo cual es cierto. Un buen abogado hoy no es el que gana el juicio, sino el que lo prolonga más. No hay abogados de pobres. Ya no se aceptan tinkas como antes, que huevitos, que papa, que gallinitas. Hoy son abogados de bancos, de empresas grandes o sucumben en la triste condición de escribas que cobran 10 pesitos. Un pobre no tiene para prolongar el juicio, digamos, de beneficios sociales; en cambio, una empresa tiene su abogado a sueldo que se encarga de prolongar el juicio cuanto pueda. Esa es una radiografía apresurada de la justicia, apresurada, es cierto, pero quizá no del todo inexacta.

¿Cómo remediar el abuso? ¿Convocando a notables? Vamos a retroceder al dedazo, al cuoteo de partidos, a la democracia pactada en la cual, si tu partido controlaba el acceso a la justicia, podía designar a quien quisiera. De este modo, jovenzuelos han accedido al Tribunal Constitucional o al Tribunal Supremo, porque los postularon los partidos del cuoteo y no porque eran notables.

La lección de estas elecciones es clara: no hay democracia sin consulta popular. El procedimiento es no solo bueno, sino único en América Latina, donde se elige magistrados a dedo del poder. En Argentina, por ejemplo, la Corte Suprema está llena de viejos carcamanes que defienden el proceso o dictadura militar del Plan Cóndor, con el beneplácito del poder político de turno. No caigamos en estos excesos. No confundamos elecciones judiciales con candidatos atados de manos porque no podían hacer propaganda, con elecciones generales, en las cuales hay candidatos nítidos y conocidos. Allí se verá quién es quién. ¿Cómo? ¿Con una compulsa de quién es más notable? ¿Un recuento de títulos profesionales, medallas y méritos? Lo dije y lo repito: la política, como la estrategia militar o los negocios, no reside en las neuronas sino en la nariz, en el olfato de saber adónde apuntar en tiempo de crisis o de incertidumbre. Pero el procedimiento es el único ejercicio democrático: la consulta popular, las elecciones.

Somos un pueblo que ansía participar. El nivel boliviano de participación es único. No importa la propaganda que hagamos, sino la consulta popular mediante elecciones.