BITÁCORA ECONÓMICA
Apetito por riesgo a nivel global
03 de diciembre de 2017 (18:56 h.)
Actualmente, los inversores a nivel global están sedientos de rendimiento o, en palabras más simples, tienen un mayor apetito por el riesgo.
Invertir implica un cálculo muy sigiloso, que toma en cuenta los flujos de caja futuros y lo que afectará o no en dicho cálculo. Para ello evalúan eventos singulares como crisis políticas o la desintegración económica de un país o una región. Paradójicamente, las crisis políticas más violentas son las que el mercado registra muy esporádicamente y las que menos tiempo impactan en los mercados financieros.
Los riesgos más elevados son aquellos que se van cociendo a fuego lento y que tienen procesos de maduración algo más largos, como ser cambios graduales en las instituciones globales internacionales, que cambian totalmente las expectativas sobre cómo se comportarán los actores clave.
Es fácil explicar por qué hoy les va bien a los mercados financieros globales. Hay un aumento de las ganancias corporativas, inflación controlada y la economía global atraviesa una expansión amplia y sincronizada. Una reversión en estos factores no es gran problema para los inversores, pues ellos saben que las autoridades de política económica tienen todos los incentivos para solucionarlos.
Lo que realmente preocupa a los inversores son cambios más sutiles, por ejemplo, la política errática a nivel internacional que sigue la administración de Donald Trump, a partir de su marginación de los acuerdos internacionales y su intento de renegociar los acuerdos comerciales existentes. Esto hace que Estados Unidos sea menos predecible y esto sí es lo que preocupa. La estrategia de Trump de moldear un mundo en base a un juego de suma cero socava la institucionalidad internacional, factor clave para responder oportunamente ante una eventual turbulencia en los mercados globales.
Si Trump apuesta a jugar con otros países una estrategia de halcón-halcón, en lugar de fortalecer conjuntamente las instituciones internacionales, el mundo no podrá ofrecer una respuesta conjunta para el próximo período de agitación de los mercados globales.
Hoy Estados Unidos se hace menos confiable para invertir en sus activos. Ello exigirá una tasa de descuento más alta casi en todas partes, por lo que muchos inversores hambrientos de mayor rendimiento optarán por otros mercados financieros, inclusive los de los países emergentes.
Invertir implica un cálculo muy sigiloso, que toma en cuenta los flujos de caja futuros y lo que afectará o no en dicho cálculo. Para ello evalúan eventos singulares como crisis políticas o la desintegración económica de un país o una región. Paradójicamente, las crisis políticas más violentas son las que el mercado registra muy esporádicamente y las que menos tiempo impactan en los mercados financieros.
Los riesgos más elevados son aquellos que se van cociendo a fuego lento y que tienen procesos de maduración algo más largos, como ser cambios graduales en las instituciones globales internacionales, que cambian totalmente las expectativas sobre cómo se comportarán los actores clave.
Es fácil explicar por qué hoy les va bien a los mercados financieros globales. Hay un aumento de las ganancias corporativas, inflación controlada y la economía global atraviesa una expansión amplia y sincronizada. Una reversión en estos factores no es gran problema para los inversores, pues ellos saben que las autoridades de política económica tienen todos los incentivos para solucionarlos.
Lo que realmente preocupa a los inversores son cambios más sutiles, por ejemplo, la política errática a nivel internacional que sigue la administración de Donald Trump, a partir de su marginación de los acuerdos internacionales y su intento de renegociar los acuerdos comerciales existentes. Esto hace que Estados Unidos sea menos predecible y esto sí es lo que preocupa. La estrategia de Trump de moldear un mundo en base a un juego de suma cero socava la institucionalidad internacional, factor clave para responder oportunamente ante una eventual turbulencia en los mercados globales.
Si Trump apuesta a jugar con otros países una estrategia de halcón-halcón, en lugar de fortalecer conjuntamente las instituciones internacionales, el mundo no podrá ofrecer una respuesta conjunta para el próximo período de agitación de los mercados globales.
Hoy Estados Unidos se hace menos confiable para invertir en sus activos. Ello exigirá una tasa de descuento más alta casi en todas partes, por lo que muchos inversores hambrientos de mayor rendimiento optarán por otros mercados financieros, inclusive los de los países emergentes.