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Fallo antidemocrático y pueril

Fallo antidemocrático y pueril
Este martes, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) emitió una resolución por la que declara la prevalencia de tratados internacionales sobre la Constitución Política del Estado, motivo por el que Evo Morales y Álvaro García Linera podrán repostularse en las elecciones de 2019. Este fallo es político, antidemocrático y pueril.

Salta a la vista la fuerte presión de los órganos Ejecutivo y Legislativo para la emisión de este fallo. La independencia de poderes, base de las democracias modernas, no existe en este país, y esta declaración difumina cualquier duda.

La democracia, además, tiene como elemento fundamental el respeto de las reglas del juego. En nuestro caso, están planteadas en la Constitución Política del Estado (CPE). El presidente Morales desconoce esas reglas y las pisotea solo por un afán de poder.

En democracia, quien gobierna es el pueblo, él es el soberano, no el gobernante, este es solo un representante que se compromete a obedecer al pueblo, tal como lo hizo Evo cuando en 2006 dijo que gobernaría obedeciendo. Se ve que se olvidó de lo que dijo y ahora desconoce los resultados del referendo del 21 de febrero del 2016, en el que el pueblo le ordenó que no cambiara la CPE para repostularse. La sociedad boliviana dijo que no quiere más Evo a partir de 2020.

Una de las virtudes de la democracia es la alternancia en el poder, debido a que los representantes pueden expresar y procurar responder a la diversidad de necesidades de una sociedad. Obama, antes de las últimas elecciones en Estados Unidos, dijo que tenía posibilidades de ganar si se repostulaba, pero que la grandeza residía justamente en respetar la alternancia en el poder. Esto es lo más sano. Pretender eternizarse en el poder es solo un capricho de las personas que han sido seducidas por él. Desde aquí se entiende la amistad de Evo con algunos dictadores africanos.

El artículo 23 de la Convención Americana de Derechos Humanos, base del fallo del TCP, reza: “Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades: (…) de votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores (…)”. La interpretación de este artículo no puedo calificarla más que como pueril. Lo que este artículo sostiene es que los ciudadanos podemos ser elegidos, no reelegidos ni re, re, re, elegidos, es decir que no supone la elección de dictadores, no supone el desconocimiento de las decisiones del pueblo y no establece el uso discrecional de las reglas del juego democráticas.

Lamentablemente, este escenario se ha presentado a pocos días de las elecciones judiciales, las cuales ya han perdido absolutamente su verdadero sentido y se han convertido en una especie de plebiscito, en el que quien vota válido lo está haciendo a favor del Gobierno y quien vota nulo está en resistencia y en desacuerdo con los abusos de Evo a la democracia.

Todo voto tiene sus consecuencias, este domingo acudamos a las urnas responsablemente y hagamos saber una vez más nuestra voluntad a este Gobierno y al mundo entero. Bolivia ha sido, es y seguirá siendo un país profundamente democrático, a pesar de los gobernantes que hoy están en el poder.