Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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OJO DE  VIDRIO

Adiós, pueblo de Ayacucho

Adiós, pueblo de Ayacucho
Chile devolvió a Perú algo más de 700 volúmenes saqueados durante la invasión de la Guerra del Pacífico, de algo más de 40.000 volúmenes que se hallarían en colecciones privadas. El Ejército chileno ocupó Lima, y allá se reveló el motivo de la guerra, tal como lo cuenta el historiador argentino-chileno Luis Vitale en siete tomos que escribió en su exilio de Alemania.

Vitale dice que la guerra estalló porque así lo determinaron las burguesías chilena, peruana y boliviana. El Perú había cedido la explotación del guano a oficinas privadas, muchas de ellas chilenas, y no quiso repetir el error con el auge del nitrato, porque los presidentes peruanos Pardo y Prado determinaron la expropiación de dichas oficinas y el control estatal sobre el nitrato. Los privados fueron indemnizados y se fueron a Chile, donde gobernaba Aníbal Pinto, conocido suyo. ¿Cómo iban a perder la provincia peruana de Tarapacá? Pinto había iniciado la ofensiva contra el pueblo mapuche, cuyas tierras eran comunitarias y se extendían a ambos lados de la cordillera, entre Chile y Argentina. Los mapuches reclamaban como suyo el territorio que se extendía hasta Bío Bío, Los capitalistas despedidos urgieron a Pinto que declarara la guerra al Perú, y ofrecieron el apoyo de los bancos británicos de Valparaíso.

¿Y Bolivia? No importaba: se la ocupaba nomás y adelante, tal como ocurrió, de modo que los chilenos tomaron Lima durante años, y entonces se produjo la defección más innombrable de la burguesía peruana, porque en la región serrana se había levantado en guerrilla el general Andrés Avelino Cáceres y, como tenía apoyo de la población, era imbatible. Los peruanos ricos temieron que si Cáceres triunfaba fueran barridos de Lima por las huestes serranas, negras y chinas que conformaban la guerrilla. Entonces negociaron con el invasor que se desplazara a derrotar a Cáceres a cambio de cederle por siempre la provincia de Tarapacá. Chile lo hizo así, derrotó a Cáceres y no desmovilizó su Ejército, sino que lo envió al sur a combatir con los mapuches. Cáceres fue más tarde presidente del Perú y a su muerte se estrenó esa canción tan sentida que es “Adiós, pueblo de Ayacucho”, apropiada por comunistas y senderistas, en homenaje al pueblo valiente del Perú que se alzó en armas contra el invasor, pese a la defección de los ricos peruanos a cambio de seguir en el poder. Lo mismo que ocurrió durante la Comuna de París, cuando la burguesía francesa buscó al Ejército alemán invasor para pedirle que reprimiera a los obreros de la Comuna para conservarse ellos en el poder. Algo que pasó en 1870, nueve años antes del Pacífico.