Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 00:06

La Iglesia y el voto conciencia

Votación<BR>La forma de votación hasta ahora no ha sido masivamente socializada entre los 6.205.095 electores habilitados para los comicios del próximo 3 de diciembre.<BR>
La Iglesia y el voto conciencia
"Exhortamos a todos a emitir su voto personal, secreto y libre, en fidelidad a su conciencia, en cumplimiento de sus derechos y deberes democráticos, sin dejarse llevar por ningún tipo de consigna, control, coacción o temor", dice parte del pronunciamiento que la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) emitió hace unos días, a propósito de los comicios judiciales que se cumplirán en el país, precisamente el próximo domingo 3 de diciembre.

Coincidimos con la Iglesia en que el voto debe ser libre y de acuerdo a la conciencia de uno. Será el elector quien decida si favorece a uno de los candidatos al Tribunal Supremo de Justicia, al Tribunal Agroambiental, al Tribunal Constitucional o al Consejo de la Magistratura. Puede también decidir no marcar ninguna de las casillas, o finalmente anular con una x las dos boletas que le entregarán los jurados electorales que fueron habilitados para esta elección.

El artículo 161 de la Ley de Régimen Electoral dispone esos tres tipos de voto, los cuales serán contabilizados a la hora de hacer el recuento.

Cada elector, sin presión alguna, debe tomar la decisión de acuerdo a lo que crea de qué es lo más correcto.

Según el Tribunal Supremo Electoral, el próximo 3 de diciembre cada elector recibirá dos papeletas. En una estarán los postulantes al Tribunal Agroambiental y al Consejo de la Magistratura, en tanto que en la otra los candidatos al Tribunal de Justicia y Tribunal Constitucional.

El elector que quiera favorecer con su voto a cualquiera de los postulantes deberá marcar en una sola casilla de cada una de las cuatro nóminas que están impresas en las boletas. Y si quiere hacer solo en una nómina o dos, su voto también será válido.

La forma de votación, hasta ahora, no ha sido masivamente socializada entre los 6.205.095 electores habilitados para esta ocasión. El Tribunal Supremo anunció que desde este lunes, la campaña se centrará en ese punto.

Desde ya, hay cierto desconocimiento de muchas personas que no saben con precisión la forma de cómo deben elegir. Sin embargo, hay también quienes tienen muy clara la figura de cómo anular su voto, dado que la campaña para esta forma de votación se ha intensificado no solo a través de los llamados que hicieron los políticos como el expresidente Carlos Mesa, el exvicepresidente Víctor Hugo Cárdenas, o el exmandatario Jorge Tuto Quiroga, además del líder de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina y el actual gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, sino por las vistosas pancartas, letreros y adhesivos, entre otros, que se colocaron y distribuyeron en diferentes avenidas y calles de las ciudades del país.

“El voto nulo expresa con vigor la decisión soberana de no inclinarse por ninguna opción, o de considerar que el proceso no merece la credibilidad y el respaldo de los electores”, indica una parte del comunicado que los cinco políticos anteriormente citados publicaron en medios impresos del país, bajo el título “Convocamos al pueblo boliviano a hacerse escuchar”.

A esto se suma, y también lo dice la Iglesia católica, que el actual sistema de selección de postulantes a magistrados no hace posible el conocimiento adecuado de los candidatos.

Esa posición es ciertamente compartida, porque los electores, o por lo menos con los que conversó este medio, no saben quiénes son los postulantes, los méritos que tienen y las propuestas que ofrecen para mejorar la cuestionada justicia boliviana.

Esta situación es también preocupante y a la vez imposible de revertir, dado que apenas queda una semana para que los bolivianos volvamos a ir a las urnas.

Esto hace ver que la campaña que realizó el Tribunal Electoral no fue suficiente y, hasta podríamos atrevernos a decir, fue poco creativa para que los electores conozcan bien a los postulantes.

Con todo, el próximo 3 de diciembre el elector será quien decida con su voto que, como dice la Iglesia, debe ser libre y fiel a la conciencia.