Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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La izquierda tiene las llaves en Chile

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La izquierda tiene las llaves en Chile
Sorprendiendo una vez más a las encuestadoras —habría que ver a cuánto ha bajado su credibilidad en el mundo entero, pues parecen acertar poco—, los resultados de las elecciones generales del pasado domingo en Chile ponen la Presidencia de ese país en manos de la izquierda.

La primera vuelta tuvo un desenlace inesperado. El conservador Sebastián Piñera obtuvo un 36.6 por ciento , al menos ocho puntos por debajo de lo que pronosticaban las empresas, mientras que la candidata izquierdista Beatriz Sánchez, del Frente Amplio, logró un 20.2 por ciento , a poca distancia del oficialista Alejandro Guillier, quien logró meterse en la segunda vuelta con un 22.6 por ciento . La jornada electoral también supuso la debacle de la Democracia Cristiana, el partido que fraguó con la izquierda la caída del dictador Augusto Pinochet y que consolidó el poder de la Concertación durante 20 años (1990-2010), reflejó EFE. Su candidata y presidenta, Carolina Goic, apenas obtuvo el 5.5 por ciento y se vio superada por el ultraderechista José Antonio Kast, defensor del régimen militar y el integrismo religioso, que logró el 7.8 por ciento .

Según analistas, los resultados, que ninguna encuesta vaticinó, cambian las expectativas, hasta el punto de que Guillier podría derrotar a Piñera, algo impensable hace unas semanas. La irrupción del Frente Amplio en el escenario político, que a algunos recuerda el fenómeno de Podemos en España, ha quebrado el reparto de poder entre dos grandes coaliciones que se lo repartieron durante casi tres décadas.

Los sufragios que podría aportar el electorado de esta formación, integrada por activistas sociales y líderes de las protestas estudiantiles, inclinarían la balanza a favor de Guillier, quien cuenta con el respaldo explícito de la Nueva Mayoría (en el poder) y la presidenta Michelle Bachelet. Pero la decisión aún no está tomada, porque el Frente Amplio ha decidido consultar a sus bases para decidir qué hacer. Sánchez, una periodista que se define de izquierdas y feminista, es la artífice en buena medida del éxito de la coalición, que también ha cosechado un buen resultado en las parlamentarias y que defiende el aborto libre, el matrimonio igualitario y una mayor intervención del Estado en educación y salud.

Una nota del diario Página 12 graficó bien el talante del movimiento de Sánchez. “Parte de estos resultados se explica en los detalles. Mientras los otros candidatos se reunieron en lujosos hoteles de Santiago de Chile tras las elecciones del domingo, el Frente Amplio se instaló en plena calle de un barrio de clase media. Como cuenta una crónica de La Tercera, la iluminación era insuficiente. No había comida para los invitados ni salón de prensa. Los asistentes no solo eran militantes y periodistas: había estudiantes, parejas de homosexuales, niños”.

Sánchez representa, pues, a quienes se sienten excluidos del sistema político chileno. De ahí que, si Guillier busca su apoyo, inevitablemente tendrá que modificar su programa de Gobierno, con miras a hacerlo más inclusivo a los sectores sociales desprotegidos, lo cual es de celebrar. Pero, a más de las llaves para impedir que la derecha retorne al poder, la representante del Frente Amplio tiene otras para los bolivianos.

Dado el enfrentamiento hasta verbal entre nuestro Gobierno y Piñera a lo largo de estos años, es muy probable que, si este asume de nuevo la Presidencia, la reivindicación marítima nacional quede más relegada todavía, pese incluso a un eventual fallo favorable a Bolivia en La Haya. Es cierto que, con tal vez la excepción del mismo dictador Pinochet (recordemos el “Abrazo de Charaña”), la postura oficial de Chile en referencia a nuestro mar ha sido más o menos invariable. Pensamos, sin embargo, que hay mayor chance de avances con un Ejecutivo ideológicamente afín —al menos en los papeles— al nuestro.