Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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DESDE LA ACADEMIA

Consumamos chocolate boliviano

Consumamos chocolate boliviano
El chocolate es uno de los alimentos más amados, y es utilizado para la preparación de muchas recetas dulces y saladas. Todos, en algún momento, hemos pecado con su dulce sabor. Pero, conociendo sus beneficios, ¿por qué su consumo es cuestionado?

Proviene de las semillas del árbol del cacao (Theobroma Cacao) y se obtiene de la manteca de cacao mezclada con el polvo de la semilla del cacao. Ingerido en dosis correctas y sobre todo amargo, trae beneficios importantes a nuestro organismo, a través de su altísimo contenido de flavonoides, uno de los antioxidantes más efectivos.

El chocolate boliviano, como producto acabado, ha tenido un gran crecimiento. Lastimosamente, la producción del chocolate es cara y el mercado todavía prefiere productos de origen extranjero. Esto hace que el precio del producto nacional sea alto en comparación al producto industrial de importación. El verdadero chocolate de producción chuquisaqueña no tiene nada que envidiar, en cuanto a calidad, al producto de las grandes multinacionales que son dueñas de nuestros mercados.

No olvidemos que Bolivia este año se ha posicionado, por tercera vez consecutiva, como poseedor de uno de los 18 mejores cacaos del mundo, siendo uno de los cuatro ganadores de la región sudamericana, en el evento mundial Salón du Chocolat 2017, realizado en la ciudad de París, Francia.

Esto no es un dato, es una realidad: nuestro cacao es uno de los mejores en el mundo. Asimismo, las grandes potencias del chocolate, como Alemania, Austria, Bélgica y Suiza, son importadores netos de cacao, y sus especialistas recorren el mundo en busca de las mejores semillas.

Si la calidad del cacao es uno de los factores más importantes para producir un chocolate de alta calidad, mi pregunta entonces es: ¿por qué nuestro chocolate no compite con los productos europeos? Básicamente, porque el consumidor nacional no compra lo nuestro por caro, y lo barato es de pésima calidad. La buena producción interna no tiene suficiente impulso para competir con el producto extranjero.

¿Solución? Valoricemos y aprovechemos nuestras materias primas, impulsemos el mercado boliviano comprando y consumiendo el buen chocolate producido, según las tradiciones artesanales de nuestro país.