Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 10:04

INCERTIDUMBRE EN LA BÚSQUEDA DE 44 TRIPULANTES

Ninguna de las seis alarmas del submarino San Juan se activó

La nave está equipada con un sistema de eyección, una radiobaliza, botes salvavidas, un teléfono subacuático, un cilindro que mancha la superficie marítima y luces de bengala.
Ninguna de las seis alarmas del submarino San Juan se activó



La búsqueda en el Atlántico Sur del submarino argentino ARA San Juan, cuyo rastro se perdió hace siete días con 44 tripulantes a bordo, incrementó ayer la incertidumbre entre los familiares después de que se descartara que la luz de unas bengalas y una balsa vacía en medio del mar pertenezcan a la nave.

De acuerdo a Clarín, la nave tiene muchas posibilidades de manifestar un alerta, así haya perdido las comunicaciones usuales a través de sus antenas HF, VHF y UHF, que se establecen cuando puede izarlas a profundidad de periscopio. El submarino cuenta con seis alarmas, entre bengalas, balsas salvavidas y un teléfono "subacqua", que no se activaron.

En caso de una emergencia, mientras la tripulación se coloca equipos individuales de máscara y tubos para respirar, que a su vez se conectan con un sistema de provisión de oxígeno que está por todo el buque, en apenas 5 segundos, el jefe de inmersión puede llevar el submarino a superficie. Para eso controla grupos de aire comprimido, que se accionan a través de electroválvulas e incluso manualmente, aún estando a oscuras por falta de energía.

El submarino no activó la radiobaliza, que es un equipo de emisión de socorro para dar la posición y facilitar las tareas de búsqueda y rescate en el mar.

Otra posibilidad es la eyección de un cilindro que en superficie deja una mancha verde de un kilómetro de extensión y podría ser avistado por los equipos de rescate.

El submarino lleva en la parte exterior dos balsas salvavidas que liberan desde adentro de la nave para que estén en superficie disponibles, si se prevé un abandono.

Submarinista

La primera submarinista argentina, Eliana Krawczyk, de 35 años, es una de las tripulantes del submarino

desaparecido.