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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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CIUDAD SUSTENTABLE

Laguna Kenamari QEPD

Laguna Kenamari QEPD
Este fin de semana, un matutino local publicó un artículo sobre la extinción de la laguna Kenamari, a los pies de la serranía del mismo nombre, en el Distrito 9 del Municipio de Cochabamba. Esta noticia en otros países de la región u otras latitudes merecería una aclaración pública del cambio de uso de suelo o, por lo menos, una aclaración de la decisión asumida por los propietarios de los predios respecto a la preparación del suelo para su cultivo.

Suponiendo que el derecho propietario corresponde a personas naturales de derecho privado y que fungen como los autores de la preparación de los terrenos para cultivarlos, ellos tienen todo el derecho de utilizar el predio según el uso de suelo permitido por la normativa municipal. Esto contradice al uso que se le asignaba (laguna) por su valor e importancia ambiental para toda la ciudad.

Quiero decir que todo el tiempo se hablaba de la laguna como si esta fuera un área de propiedad municipal y, por tanto, de interés público. Lo que se aclara ahora es que esos terrenos pertenecen a privados, los cuales decidieron darle el uso que vieron conveniente, y que implica la desaparición de la laguna como espejo de agua.

En caso de comprobarse fehacientemente el carácter y el tipo de propiedad, no se puede hacer nada. La laguna se extinguió. Sin embargo, si existe un resquicio para recuperar el área como de interés público, haciendo que los dueños cedan parte de la superficie antes ocupada por el espejo para implementar un espejo de agua permanente (aunque no sé con qué agua), deberían manifestarse la Gobernación, la Municipalidad, además de los activistas más recalcitrantes, para hacer que el espejo renazca y se mantenga indefinidamente para contribuir a la calidad del aire de la ciudad.

Pero el camino más fácil y tal vez el menos conflictivo sea el dejar hacer, dejar pasar, por lo que en el corto plazo veremos este espacio con actividad agrícola en pleno, y con animales no silvestres, sino domésticos, buscando alimento en los predios vecinos o en los alrededores de los terrenos cultivados con el agua de la época de lluvias o el agua residual de la planta de tratamiento de Semapa, que no mejora en su calidad. Esta es nuestra realidad en cuanto a la gestión ambiental en la práctica. Todos reclaman por los ecosistemas naturales en el ámbito urbano, pero pocos valoran y se conmueven cuando estos desaparecen o se extinguen. Los espacios verdes y las áreas protegidas necesitan ser mantenidas, no solo creadas. ¿Acaso la naturaleza no necesita alimento para nutrirse?