El que fuera el mayor escándalo de corrupción de la historia: el FIFAgate, ha vuelto a reavivarse durante la semana, pues el exfuncionario de la empresa argentina de televisación Torneos y Competencias, Alejandro Burzaco, ha ventilado una serie de nombres con tal de evitar la cárcel y problemas aún más graves con la justicia norteamericana, país donde declaró.

Nombró a exfuncionarios kirchneristas, a Julio Grondona y su familia, a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y hasta Lionel Messi, por mencionar algunos.

Primero apuntó al Estado argentino, en la presidencia de Fernández, quien adquirió los derechos de transmisión del fútbol a través de la entidad “Fútbol Para Todos”. Burzaco dijo haber pagado entre 4 y 5 millones de dólares por coimas para hacerse de ese contrato a través de Pablo Paladino y del abogado Jorge Delhon. Este último, al enterarse de que estaba involucrado, se suicidó.

Tras esas declaraciones, la exmandataria argentina publicó en su red social de Twitter que las versiones “son falsas” y que en ningún momento “recibió sobornos” para favorecerse, según publicó la agencia EFE.

Paladino, en su defensa, sostuvo rotundamente que “tampoco recibió sobornos” y aseguró que estas decisiones dependían de la expresidenta y de su entorno más cercano.

Además, responsabilizó al propio Burzaco y Julio Grondona, quien estuvo 35 años al frente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y 26 como miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, quienes se “transformaron en los hombres fuertes del fútbol argentino y se sentaron en los sillones más importantes del Gobierno”.

Según futbolred.com, Burzaco sostuvo que “Julio Grondona sabía todo”, incluso mencionó que Grondona era quien decidía quién recibía más dinero y a quién le rebajaban el pago. Agregó el portal que Burzaco sobornó al expresidente de la AFA “entre 2005 y hasta su muerte, en julio de 2014”.

Además, y siempre según Burzaco, también coimeó a Eduardo Deluca (exsecretario general de la Conmebol) y el uruguayo Eugenio Figueredo. Ambos se llevaron 600 mil dólares en 2006. Ese mismo año, el paraguayo Nicolás Leoz, presidente de la Conmebol, recibió de Torneos y Competencias un millón dólares.

Con respecto a quiénes eran sus socios, el empresario argentino confirmó ante el fiscal Samuel Nitze de la Corte Federal de Brooklyn que se trataba de altos funcionarios del fútbol sudamericano. También mencionó las firmas: “A Juan Ángel Napout (expresidente de la Conmebol) le pagué coimas entre 2010 y 2015, a José María Marin (extitular de la Confederación Brasileña de Fútbol) entre 2012 y 2015 y a Manuel Burga (ex presidente de la Federación de Fútbol Peruano) entre 2010 y 2013. Teníamos varios socios en distintas partes del mundo”.

Entre esos asociados también figuran canales y redes de televisión como Fox Sports en Estados Unidos, Media Pro en España, TV Globo en Brasil, Full Play de Buenos Aires, Traffic, que tiene sede en Brasil, pero a través de una sucursal en Miami. “Teníamos muchos socios y distintas asociaciones en el mundo”.

La mirada también está puesta en el yerno de Grondona, Genaro Aversa, que pasó de ser florista a tener una constructora que trabajó con clubes de Argentina.

Según Infobae y Clarín, Aversa fundó en 2002 la empresa Constructora Deportiva SA, que en 2003 se adjudicó la licitación para las obras en el estadio de Arsenal, club históricamente vinculado a los Grondona (no solo lo fundó don Julio, sino que la cancha además se llama Julio Humberto Grondona). En ese club, Aversa fue incluso tesorero de 2012 a 2015.

La empresa también construyó después el predio de Real Arroyo Seco. El problema fue que el dueño del terreno, el empresario Daniel Gorosito, recibió una condena por narcotráfico y después, en su declaración judicial, afirmó que Aversa “era testaferro, o como quieran llamarlo, de Julio Humberto Grondona”.

Finalmente aparece Messi. Según varios medios internacionales, el “mejor jugador del mundo” y junto a “otros jugadores” recibía pagos “adicionales” de 200 mil dólares por cada amistoso que disputaba, además de lo que pagaba la Asociación de Fútbol Argentina (AFA).

Asimismo, ni los jueces, ni Burzaco sostuvieron si estos pagos a los jugadores eran legales o no.

El FIFAgate se destapó a finales de mayo de 2015, en vísperas del congreso en el que iba a ser reelegido presidente el suizo Joseph Blatter, cuando la Policía, en una operación conjunta entre EEUU y Suiza, irrumpió en el hotel de Zúrich donde se alojaba la mayoría de los directivos y realizó varias detenciones.

Torneos y Competencias, dedicada a transmitir eventos deportivos, admitió haber sobornado a la FIFA para obtener los derechos del Mundial en 2018, 2022, 2026 y 2030.

En diciembre de 2016, la empresa negoció un acuerdo con las autoridades en Estados Unidos para pagar casi 113 millones de dólares de multa para cerrar el caso.

Además, la compañía se comprometió a continuar colaborando con la investigación de las autoridades y a mejorar sus controles internos. Antes, Burzaco había aceptado pagar una multa de 21.6 millones de dólares por cargos de blanqueo de dinero y fraude electrónico.

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Años pasaron desde que Chuk Bleizer destapara la corrupción en la FIFA.