Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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ÉTICA PERIODÍSTICA

Autorregulación que sirve a todos

Autorregulación que sirve a todos
La necesidad de autorregulación en el periodismo llega de la mano de la práctica periodística, ofreciendo la posibilidad y la urgencia de normar y resguardar la calidad de la información, a través del respeto y práctica de la transparencia y la ética periodística.

La forma tradicional de autorregulación que no se encuentra normada jurídicamente, sino más bien reconocida por su legitimidad en el gremio, está vinculada a experiencias como del Ombudsman, consejos de prensa, códigos de ética, manuales de estilo y consejos de ética, entre otros. El desarrollo del periodismo con altos niveles éticos y estándares de calidad refleja el respeto a los derechos humanos y sigue la norma y técnica propia de la profesión, como una de las tareas más delicadas de cualquier redacción.

Bolivia acude a un momento en el que las condiciones políticas y sociales permeadas por el uso de la tecnología, bajo la lógica de la libertad sin límites, enfrenta situaciones consideradas peligrosas a un periodismo ético. Sin embargo, desde hace cerca de una década (desde el 2009, específicamente) el Consejo Nacional de Ética Periodística trabaja en la autorregulación, respondiendo a la demanda ciudadana del ejercicio de un periodismo ético y responsable.

Ofrecer un instrumento de trabajo como el Código Nacional de Ética Periodística y un ente de control de la autorregulación, como lo es el Tribunal Nacional de Ética Periodística (TNEP) genera un movimiento reconocido y consensuado para aplicar el Código a los casos que sean denunciados en función de los requerimientos de los ciudadanos demandantes. El logro de este instrumento, con el aporte de diversas organizaciones e instancias nacionales, permitió la legitimidad de la norma a ser aplicada.

La apropiación del Código por parte de ciudadanos y periodistas, así como de los dueños y operadores de medios, a partir de su conocimiento, es un paso fundamental que debe reforzarse y profundizarse en vísperas de la primera década de su nacimiento.

La autorregulación permite ofrecer garantías al público sobre la calidad de la información que recibe, y puede mostrar que los profesionales de los medios de comunicación, al respetar las normas éticas, son responsables, y no requieren una regulación estatal o judicial.

Al no tener una capacidad sancionadora y estar al margen del sistema judicial, pero como autoridad moral, el TNEP se compromete en una lógica de respeto y reconocimiento de los derechos humanos, así como a contribuir a garantizar los derechos a la información y la comunicación reconocidos en nuestra Constitución, un trabajo en desarrollo que requiere su consolidación urgente.