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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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La vía cooperativista

La vía cooperativista
De raíces históricas que se remontan al siglo XVIII, el movimiento cooperativista, a lo largo de la centuria pasada y en la actualidad, se ha constituido en una alternativa concreta y viable para el desarrollo integral de los pueblos. Su foco en lo primordial que es el ser humano por sobre todas las cosas ha coadyuvado a tal realidad, que tiene en Bolivia claros y destacables ejemplos.

A propósito de la I Expoferia Nacional de Cooperativas de Producción, Servicios y Servicios Públicos, que se inauguró ayer en el recinto ferial de Alalay donde hoy culmina, OPINIÓN, medio de comunicación de la Cooperativa Boliviana de Cemento, Industrias y Servicios (COBOCE Ltda.), publicó ayer un suplemento especial para dar a conocer cómo es que el sector contribuye a la economía del país.

En el material, se dio a conocer que más de seis mil cooperativas trabajan en la producción agropecuaria, minera, en la prestación de servicios y servicios básicos, y se constituyen en la fuerza que mueve diferentes rubros. De acuerdo a la Confederación Nacional de Cooperativas de Bolivia (Concobol), las cooperativas tienen una participación significativa en el Producto Interno Bruto (PIB). Este régimen está, pues, reconocido en nuestra Constitución Política del Estado, que en su artículo 311 señala: “El Estado reconoce y protege las cooperativas como formas de trabajo solidario y de cooperación, sin fines de lucro. Se promoverá principalmente la organización de cooperativas en actividades de producción”.

Destacan en este movimiento organizaciones como Fencomin, la más importante en la industria minera; Fencoa, que agrupa a agropecuarias que exportan y generan divisas; Febocac, que comprende entidades de ahorro y crédito; y Fecotel (telecomunicaciones), que genera más de tres mil empleos.

Por su carácter solidario, por su mando horizontal y democrático, así como por su equitativa distribución de la riqueza, las cooperativas “son actores del proceso de cambio”, manifestó el ministro de Trabajo, Empleo y Previsión Social, Héctor Hinojosa, en una entrevista con nuestro diario. “El movimiento cooperativo para nosotros es un pilar fundamental por varias razones, entre ellas, por ejemplo, como generador de empleo, después por su aporte productivo que desarrolla iniciativas innovadoras y, lo que es importante, porque aglutina a grandes sectores bajo la economía solidaria, que es muy diferente a la economía capitalista de lucro, de competencia”.

Es en este marco en el que trabaja asimismo COBOCE Ltda., una de las industrias productivas más grandes del país. Fue fundada el 4 de diciembre de 1966 y tiene siete unidades: COBOCE Cemento, Cerámica, Ceramil, Hormigón, Metal, Construcciones y la editora OPINIÓN. La empresa fue gestada por el ingeniero Jaime Méndez, con un capital de apenas 1.667 dólares. Ahora cuenta con más de 28 mil socios.

COBOCE es una de las empresas que cumple y respeta todas las normativas vigentes. Una muestra de ello es que se ha constituido en la segunda compañía de Cochabamba que más ha contribuido impositivamente en la última gestión tributaria, tal como informó la revista Libre Empresa. Aportó 140 millones de bolivianos. Y, en los últimos cinco años, contribuyó con 515.9 millones de bolivianos al erario nacional.

El presidente de Concobol, Albino García, puntualizó que el aporte de las más de seis mil cooperativas del territorio nacional llega al 30 por ciento del PIB de Bolivia. Sostuvo que todas las autoridades nacionales, departamentales y municipales deben comprender que las cooperativas no fueron creadas con fines de lucro, sino para generar empleo, satisfacer necesidades y aportar al engrandecimiento económico de la nación. Es un criterio que compartimos plenamente.