Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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OJO ENERGÉTICO

Transacciones de energía en el Cono Sur

Transacciones de energía en el Cono Sur
Cuando hablamos del Cono Sur, nos referimos a la Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y, tangencialmente, Perú. Hace algo de más de dos décadas, se construyó gran cantidad de infraestructura para integrar a la región con gas natural, energía eléctrica e infraestructura que fluyan otros productos como GLP y derivados de petróleo. Varios de estos gasoductos y líneas eléctricas están subutilizadas y generan oportunidades a futuro.

Argentina, proveedor de gas natural, por diversas razones cortó el ciclo exploratorio y sus reservas/producción declinaron. Tuvo que tornarse importador de gas y otros energéticos. Bolivia, otro importante suministrador, con el cambio de reglas de juego y la nacionalización monetizó reservas descubiertas exportándolas, generando exuberante renta gasífera de manos de elevados precios. La región tuvo que recurrir al GNL.

Perú no pudo integrarse al Cono Sur y quedó aislado. El norte de Chile, gran demandante de energía, principalmente por la minería, tiene ahora solución de abastecimiento con energía solar, con respaldo de GNL o sistemas de almacenamiento.

Entrando en tema, en Chile y Perú las transacciones comerciales de energía dentro y fuera de los países las plasman el sector privado y las empresas estatales Enap, Petroperú y Electro Perú, en un mercado abierto y competitivo.

Argentina y Brasil están implantando reformas estructurales a sus marcos legales y regulatorios, y privatizando una serie de activos en toda la cadena de la energía, de manera que sus empresas estatales YPF, Petrobras y Electrobras dejen de ser monopólicas y compitan abiertamente con el capital privado por los mercados.

Paraguay es un país eléctrico y con fuerte participación estatal. A través de sus empresas ANDE y Petropar, debe competir con el sector privado para abastecer combustibles a su mercado interno. En Uruguay, la empresa eléctrica UTE y la de hidrocarburos ANCAP, si bien controlan gran parte de la cadena de abastecimiento, deben también competir con empresas del sector privado.

En casi todos los países se están practicando precios internacionales de mercado (y algunos como Argentina están camino a hacerlo), obviando subvenciones. Por lo tanto, las transacciones y compra venta de energía (gas natural, GLP, electricidad, derivados del petróleo, etc.) se darán competitivamente dentro y fuera de los países. Las empresas estatales de energía tendrán también que acoplarse y tornarse competitivas. Los gobiernos serán meros facilitadores para que las transacciones entre países sean más fluidas.

Cuando escuchamos en los medios que un ministro de Energía emprenderá negociaciones de compraventa de GLP/gas natural/energía eléctrica con su homólogo, podemos deducir que es más una declaración política y los compromisos comerciales no se concretaran en dichos encuentros. Las empresas privadas y públicas en la cadena son y serán las responsables por las transacciones comerciales de los energéticos, y no así los ministerios o los gobiernos de turno. Las compras de energía eléctrica se consuman ahora por licitaciones programadas, en las que se debe competir con despacho económico o libremente con grandes usuarios o en el mercado spot. Los ministerios no compran ni comprarán energía eléctrica.

El contrato Bolivia-Brasil concluye en los próximos dos a tres años. No podemos imaginarnos cómo podría el Ministerio de Energía de Brasil encarará negociaciones de precios, volúmenes, TOP, DOP, etc., con el Ministerio de Bolivia, cuanto paralelamente está en pleno proceso de atraer capitales privados a ese país, bajo un régimen de competencia.

Las empresas que apuestan capital desean la mínima intromisión política y de los gobiernos en fijación de precios y condiciones en los mercados de los energéticos. Para aterrizar con inversiones y comprar activos en Brasil, la posición es que Petrobras deje el monopolio de los hidrocarburos y del gas natural, de manera que todos los agentes puedan competir en acceso a capacidad en los ductos, y pactar contratos de compraventa a partir de distintas fuentes de gas natural.

Definitivamente, ya existe una nueva modalidad en las transacciones de energía en el Cono Sur.