Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 18:38

Los necesarios cambios en las FFAA

Los necesarios cambios en las FFAA
El presidente de Evo Morales encabezó el pasado viernes una demostración de unas maniobras del Ejército, con 10.000 soldados, y aseguró que Bolivia puede defenderse sin la ayuda de bases extranjeras como las que EEUU tiene en otros países. El Ejército concluyó la maniobra Paucarpata II, desarrollada durante 15 días, que fue la más grande realizada en la historia de la institución y que conmemora el aniversario de su creación hace 207 años, durante la guerra de la independencia ante España, reflejó EFE.

"Después de ver esta demostración del Ejército para defender si hubiera alguna agresión, sentí que no es importante tener bases militares norteamericanas para defendernos", dijo Morales ante la tropa reunida en Patacamaya, a cien kilómetros de La Paz. Agregó que los "ejércitos latinoamericanos que se someten a bases militares norteamericanas no son ejércitos que garantizan la soberanía para sus países". Enfatizó que las bases o intervenciones militares extranjeras en otras naciones "no son gratis" y tienen como objetivo "la dominación del mundo" y saquear los recursos naturales. El gobernante cuestionó que algunos países de la región realicen maniobras en cooperación con militares de Estados Unidos, y destacó que las fuerzas bolivianas demostraron con "poca tecnología" un compromiso profundo para “garantizar la liberación”.

A su turno, el comandante del Ejército, general Carlos Rück, destacó que las Fuerzas Armadas jamás ofendieron ni atacaron el territorio de sus vecinos, sino que se defendieron de las agresiones. Desde su fundación en 1825, Bolivia perdió la mitad de su territorio en guerras contra Brasil, Chile y Paraguay y por la vía diplomática con Perú y Argentina, según los historiadores. Rück también destacó que el Ejército nacional es el que "tiene el mayor récord de guerras internacionales en el continente", contando las libradas durante los siglos XIX y XX y las batallas por la independencia contra de la corona española.

Pues bien, celebramos que nuestro Ejército esté en constante preparación, aunque ciertamente dudamos de la utilidad de los frutos de la inversión pública en el sector, dado nuestro rezago de fuerza militar en relación a nuestros vecinos. Pensamos asimismo que, si bien es bueno que se hayan cortado lazos con Estados Unidos, lo que en el pasado implicaba la sumisión de nuestros militares a esa potencia, es necesario operar otro tipo de transformación a gran escala, una que signifique una real y efectiva tarea de apoyo a la sociedad.

Hay en ese marco muchas iniciativas. Una de las principales es la transformación del servicio militar obligatorio en un servicio social obligatorio. Y es que, a más de instrucción para conflictos bélicos escasamente probables y en los que, por otro lado, con el avance de la tecnología de guerra, lo menos que tendría que lamentarse son enfrentamientos cuerpo a cuerpo, nuestros jóvenes podrían servir mejor a su patria de otras maneras. Se pueden en este sentido idear desde planes masivos de continuidad de la alfabetización, hasta iniciativas de reforestación y otras que proporcionen riego a las comunidades. Este tipo de acciones harían no solo atractivo entrar al cuartel, sino provechoso y, por ende, reconocido por la sociedad en su conjunto.

Están por otra parte, dado nuestro, aunque menor, efectivo potencial militar, los retos de una mayor participación de los soldados en tareas de lucha contra el contrabando. Si en efecto nuestros uniformados se trasladarían a las fronteras, coadyuvarían de mejor modo al control de este delito. Y, finalmente aunque no menos importante, un tema pendiente es la educación de género que se debería impartir al interior de la institución, donde desde siempre se desarrolló una formación machista y patriarcal. Fruto de ello son actitudes que no contribuyen a la equidad y, en casos extremos, feminicidios que perpetran militares.