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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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La salud pública, una deuda sin saldar

La salud pública, una deuda sin saldar
“Latinoamérica celebra haber mejorado un 4 por ciento en salud, Bolivia mejoró un 20 por ciento , es decir cinco veces más”, dijo el representante de la Organización Panamericana para la Salud (OPS-OMS) en el país, Fernando Leanes, el pasado sábado durante la inauguración de la octava Feria de Salud Integral en la población de Quillacollo.

El dato que da la autoridad internacional corresponde a una evaluación realizada en los últimos nueve años, vale decir de 2008 a 2016, periodo que muestra que “el ritmo de avance de Bolivia ha estado muy por encima de la región”.

No hay duda de que en el pasado el acceso a la salud era deficiente y hasta casi imposible para algunos sectores, sobre todo para aquellos que vivían en el área rural, donde no había ni una posta médica a la que podían acudir en caso de emergencia. Mucha gente debía curarse con plantas medicinales u otras formas tradicionales y, en ello, no faltaba quien fallecía.

También está claro que en el pasado el índice de mortalidad infantil llegaba hasta el 50 por ciento , porcentaje que en los últimos nueve años ha disminuido y llegó al 24 por ciento . Sin embargo, no ocurrió lo mismo con la mortalidad materna que aún es alta. Según el Estudio Nacional de Mortalidad Materna en Bolivia, "el país sigue presentando los índices más altos de América Latina y el Caribe, con una tasa de 160 mujeres muertas por cada 100 mil nacidos vivos, lo que significa que 538 mujeres fallecieron a consecuencia de complicaciones del embarazo, parto y posparto".

A pesar de ello, la OPS asegura que Bolivia realizó varias acciones para mejorar el servicio de salud.

La ministra del ramo, Ariana Campero, aseguró que este logro es fruto de dos programas específicos. Uno de ellos, el Bono Juana Azurduy, que el Gobierno de Evo Morales implementó en 2009 para beneficiar a mujeres embarazadas y niños recién nacidos. De ese año a 2016, 1.8 millones de madres y niños se beneficiaron con el pago de 1.820 bolivianos. Otro de los programas que se implementó y que asegura el Gobierno que dio buenos resultados es Mi Salud, que arrancó en 2013 con el objetivo de dar atención médica casa por casa y de forma gratuita, con el asesoramiento de Cuba.

En diciembre de 2016, el Ministerio de Salud informó que el programa Mi Salud atendió a 9.722.633 personas desde 2013, en 307 municipios del país. De ese total, 2.596.519 se beneficiaron en La Paz, 2.347.360 en Santa Cruz, 1.714.161 en Cochabamba, 533.792 en Chuquisaca y 2.560.801 en los otros departamentos.

Si bien es cierto que hubo mejoras y que las mismas son destacadas nada menos por la OPS-OMS, aún existen tareas pendientes por realizar. Una de ellas es la infraestructura hospitalaria pública, que en algunos casos ha quedado pequeña frente al crecimiento de la población. Muestra de ello es el hospital Viedma, en Cochabamba, que en reiteradas oportunidades colapsó. Pese al problema recurrente, hasta ahora no existe un plan de solución definitivo. Ni qué decir del maternológico Germán Urquidi, donde se ha visto cómo algunas mujeres son atendidas en simples colchones acomodados en el piso, o el caso del Hospital del Niño Manuel Ascencio Villarroel, donde los pequeños deben esperar meses para ser operados o días para ser internados.

Si bien hoy hay centros de primer y segundo nivel en diferentes barrios de la ciudad de Cochabamba, muchos de ellos no cuentan con los equipos suficientes y, lo que es peor, sin personal que atienda.

Este panorama es parecido en Santa Cruz y La Paz, donde existen serias deficiencias en la infraestructura y equipo hospitalario.

En ese marco, urge que las autoridades aúnen esfuerzos y asuman acciones a muy corto plazo para revertir esta situación. Tal vez con ello, el índice de crecimiento de acceso a una salud con calidad y calidez, como en reiteradas oportunidades indican autoridades de los distintos niveles de Gobierno, sea mayor en los próximos años y la OPS-OMS destacará esta situación.