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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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DESDE EL CUARTO PROPIO

Empoderar a las niñas hoy

Empoderar a las niñas hoy
La niñez, esa etapa de la vida a la que muchos escritores se refieren como el período de la inocencia, la felicidad, porque se supone no se conocen aún preocupaciones, problemas o dolores, parece ser, cada vez más solo una ilusión socialmente construida. La realidad parece ser otra, particularmente para las niñas.

La discriminación y violencia contra las mujeres empieza temprano, tristemente desde la infancia. Así lo recuerda el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) el 11 de octubre, fecha en la que en Bolivia coinciden la celebración del Día de la Mujer Boliviana y el día Internacional de la Niña. Los datos de violencia sexual, violencia contra las niñas, el trabajo infantil, la trata y tráfico de personas, embarazos y matrimonios infantiles forzados, incluso la mortalidad materna entre niñas de 12 y 14 años, entre otras, son las expresiones de esa violencia patriarcal que muestran las condiciones de vulnerabilidad que viven las niñas en nuestro país.

Para Unicef: “Las niñas y los niños que viven en un entorno violento tienden a reproducir o aceptar la violencia en sus relaciones afectivas. Las estructuras machistas y patriarcales refuerzan la noción de que las niñas y mujeres son un objeto de propiedad y sometimiento, que las convierte en una población altamente vulnerable”.

Somos las instituciones, el Estado, las familias, la sociedad quienes estamos llamadas a contribuir a cambiar esas estructuras patriarcales. El Estado, no solo el central, sino también las gobernaciones y gobiernos municipales quienes deben orientar recursos necesarios para encarar tareas de prevención, atención y sanción de todas las formas de violencia que viven las niñas, las adolescentes y las mujeres a lo largo de sus vidas.

Es necesario redoblar los esfuerzos para lograr el empoderamiento de las niñas y mujeres, el reconocimiento y la importancia de su existencia, como seres humanos con derechos, sobre sus decisiones y sus cuerpos.

Facilitar su acceso a educación en general, libre de estereotipos y roles asignados; pero particularmente a la educación sexual integral en todas las etapas de sus vidas. Contribuir a desarmar las estructuras que sostienen la violencia sexual y las ideas de que las mujeres son inferiores y que deben ser tuteladas.

Invertir en las niñas de ahora nos asegura cortar las cadenas de opresión de las mujeres de mañana. Niñas fuertes y empoderadas para avanzar hacia sociedades más igualitarias.