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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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Apoyar a la Feria del Libro, un deber

Apoyar a la Feria del Libro, un deber
La XI Feria Internacional del Libro de Cochabamba entra en su recta final desde hoy y hasta mañana a las 22.30 horas, en el campo ferial de la laguna Alalay, a donde acudir es ciertamente un deber para todos los lectores y para los que queremos que nuestros jóvenes y niños sean lectores.

El acontecimiento se inició el pasado miércoles 4 de octubre e incluye el concurso de más de 70 expositores que armaron más de 100 stands, en cuyos ambientes y salas conexas se desarrollan más de una treintena de presentaciones de libros y otras actividades. Pese a todo este despliegue, como apuntábamos desde la primera semana del mes, nuestra feria sigue pareciendo menor si se la compara con sus similares de La Paz y Santa Cruz. Tales acontecimientos cuentan con un mayor compromiso de diversos estamentos de la sociedad civil y, por su mismo tamaño, cada gestión tienen el acierto de además traer a invitados del exterior, algunos de ellos renombrados literatos de talla mundial, lo que no sucede en Cochabamba.

Esta percepción es compartida por ejemplo por el escritor cochabambino Edmundo Paz Soldán, quien, a propósito de sus recientes libros “Las visiones” (cuentos, 2016) y “Los días de la peste” (novela, 2017), ambos coeditados por Nuevo Milenio, fue entrevistado para nuestro suplemento cultural Ramona que se publica mañana. “La [feria] de este año ha pasado muy desapercibida y en parte es porque la seguimos viendo como una actividad organizada por una Cámara del Libro sin muchos recursos, cuando es una actividad de la que debería apropiarse toda la ciudad. Tanto la empresa privada como el sector público deberían darse cuenta de que una feria del libro dice muchas cosas sobre una sociedad, sus deseos y aspiraciones. En ferias como las de Medellín, Guadalajara o San Juan uno siente que el pueblo participa, hay voluntarios en todas partes, la feria no está divorciada de la ciudad. Una vez que se logre eso será más fácil atraer invitados interesantes del país y del continente”.

Involucrar a toda la urbe sigue siendo un reto pendiente de nuestros editores. Es uno cuesta arriba, pues aun en la inauguración de los acontecimientos brillan por su ausencia desde el principio las autoridades. No se ve al Alcalde, al Gobernador y mucho menos a autoridades del Ejecutivo (como el Vicepresidente, que sí realza con su presencia por ejemplo la feria paceña). Pero, lo que es peor, nuestra feria no suele concentrar a muchos más ciudadanos que los que reúne un clásico de fútbol. Eso, como nos señala Paz Soldán, nos habla de la sociedad en la que vivimos. De ahí es que, ya que no los líderes políticos, los ciudadanos debemos dar el ejemplo apoyando esta actividad que fomenta uno de los mejores hábitos de la humanidad: la lectura.

Y entre los primeros deberíamos estar los propios periodistas, sector para el que, lamentablemente, leer parece haber pasado a un último plano, cuando, en realidad, es la base de nuestra labor. En una reciente entrevista publicada en el portal clasesdeperiodismo.com, la editora de CNN México Alma Delia Fuentes señalaba con justa razón: "Lo que mata la calidad del periodismo es la incultura de los periodistas, la mala preparación que reciben en las universidades. Terminan la licenciatura y no saben hacer una nota. No leen, no saben preparar una entrevista. A ti y a mí nuestros maestros nos decían que para ser periodistas había que leer las 24 horas del día e informarnos, incluso en vacaciones. El problema del periodismo es la mala educación, como cualquier problema latinoamericano".

Desde luego, la falta de lectura no solo afecta a la labor de nuestro gremio, sino que es un mal generalizado del que pocos se salvan. Siguiendo entonces la consigna de que solo el conocimiento nos harán libres, y por ende más democráticos y tolerantes, es que, si no lo hicimos ya, todos deberíamos volcarnos al campo ferial de Alalay este fin de semana.