“No estoy arrepentido” repetía ayer Edmundo C., desde la carrocería de una camioneta policial, donde permanecía enmanillado, luego de ser entregado por los vecinos del Plan Tres Mil de Santa Cruz, que lo acusaron de matar con 13 puñaladas a su exesposa, Delia Ortiz (36), en presencia de sus cuatro hijos. 

Edmundo C. y Delia Ortiz vivieron juntos durante cuatro años y tuvieron un niño que hoy tiene tres. Sin embargo, Delia ya tenía otros tres hijos de un primer matrimonio que vivían con su abuela, pero que ayer estaban junto a su mamá. Delia decidió separarse de Edmundo C. hace tres meses porque bebía demasiado y era violento.

La mujer se fue a vivir al Plan Tres Mil junto a su hermano, pero el padre de su último hijo iba con frecuencia a verlo.

Una vecina relató que ayer en la mañana se acercó a la casa de Delia Ortiz para consultarle algo. La víctima salió a la puerta con su hermana mayor y las tres mujeres conversaban apoyadas en la reja, mientras los niños jugaban a unos metros en el patio.

Entonces, llegó Edmundo C., ebrio, a bordo de un mototaxi con cuyo chofer discutió por el pago de la carrera. Luego, con la excusa de que necesitaba “dormir la borrachera” entró a la vivienda. A los tres minutos salió con un cuchillo de mesa y apuñaló a Delia en la espalda, ante el horror de los pequeños que vieron a su madre caer y perder sangre. La vecina pidió auxilio a gritos, pero los vecinos no acudieron. Nadie pudo impedir el violento ataque y aunque llevaron a la víctima a un centro de salud cercano, ya estaba muerta. Edmundo C. huyó, pero fue capturado a una cuadra por los transeúntes. Ya detenido, el hombre declaró a los periodistas : “No se metan ustedes. No saben lo que es ser traicionado en la vida. No estoy arrepentido”. Tania Ortiz dijo que Delia jamás le fue infiel a Edmundo y que luego de separarse, no quería saber de ningún hombre. “Pido justicia, que no mienta”.