Cada 11 de octubre es una nueva oportunidad para recordar a Adela Zamudio, precursora del feminismo boliviano que, a fines del siglo XIX e inicios del XX, denunció las injusticias que vivían las mujeres de su tiempo. Alcanzó notoriedad como escritora y por su acción educativa, fundando el primer liceo de señoritas. Pero no logró ser reconocida por reivindicar los derechos de las mujeres y las niñas, entre ellos el derecho a la educación, al voto y el divorcio. Abanderó la demanda de la separación de la Iglesia católica del Estado, especialmente de la educación, y criticó duramente los privilegios de los que gozaba su jerarquía.

Más de 100 años han pasado y, aunque muchas cosas han cambiado, varias aún persisten. A pesar del reconocimiento de Bolivia como Estado laico, las iglesias, ya no solo la católica, pretenden mantener sus poderes e injerencia en los asuntos de Estado. Las creencias religiosas de algunos/as legisladores/as interfieren con la legislación para los ciudadanos/as, obstaculizando el acceso a educación sexual integral de niños/as, adolescentes y jóvenes, y en la discusión del Código del Sistema Penal, en relación al aborto y el derecho a decidir de las mujeres.

Nuestra historia está llena de Adelas, las que no lograron ser recordadas, las que lucharon por nuestra independencia, tomaron armas, alimentaron ejércitos, cosieron uniformes. Y aun aquellas que, más cercanas en el tiempo, lograron arrancar el derecho al voto, impulsaron las leyes de cuotas, el reconocimiento de la violencia contra las mujeres como asunto estructural y público, sacándolo de las cuatro paredes del hogar. Adelas que se rebelan contra las estructuras de poder que generan desigualdad, exclusión y discriminación. Las que cuestionan el modelo de desarrollo vigente. Las irreverentes que grafitean muros, cuestionan el carácter patriarcal del Estado, toman calles gritan y marchan. Las que frente a los juzgados denuncian la insensibilidad del sistema de justicia con las víctimas de la violencia machista, las que demandan buen trato en los servicios de salud, las que demandamos acceso al aborto, gratuito libre y seguro. Feministas que buscan cambiar las rígidas condiciones para el ejercicio de los derechos de las mujeres, que adquieren nuevas formas. Por esas Adelas, las feministas de este nuevo tiempo, valientes y comprometidas para dejar un mundo en el que todas podamos ser. ¡Feliz Día de la Mujer Boliviana!