Productores de hojas de coca de la zona boliviana de los Yungas (oeste) retomaron hoy sus protestas en contra de la ley que amplía la superficie legal de esos cultivos en el país y reconoce nuevas plantaciones en regiones consideradas no tradicionales por el sector



Decenas de cocaleros de los Yungas recorrieron las calles de La Paz y quemaron un ejemplar de la norma cuestionada, vigente desde marzo pasado, y de su reglamento frente a uno de los ministerios del Gobierno, defendiendo que sólo la coca que ellos producen es útil para la costumbre tradicional del masticado de la hoja o "acullicu".


"¡Coca o muerte, venceremos!", gritaron los movilizados, cuya marcha pasó por las calles aledañas al Palacio de Gobierno, pero no llegó a ingresar a la plaza Murillo, sede del Ejecutivo y del Palacio Legislativo.


El dirigente de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca), Franklin Gutiérrez, dijo a los medios que su sector "desconoce la ley" porque la misma reconoce "las zonas excedentarias" donde se produce coca, como el Chapare (centro), el bastión político y sindical del presidente Evo Morales.


Este sector de productores de coca también pidió que el Tribunal Constitucional (TC) se pronuncie sobre el recurso interpuesto para declarar la inconstitucionalidad de la ley observada.


La nueva Ley General de la Coca, promulgada en marzo pasado por el presidente Morales, sustituyó a la denominada 1008, que regulaba desde 1988 la producción de la hoja de coca y las políticas de lucha contra el narcotráfico.


La antigua ley establecía un límite máximo de 12.000 hectáreas de plantaciones legales que solo podían cultivarse en los Yungas, una zona subtropical situada en la región de La Paz.


Sin embargo, la nueva norma subió a 22.000 hectáreas la superficie legal, autorizando hasta 7.700 hectáreas de cultivo en el Chapare (Cochabamba, centro), considerada una zona no tradicional, y 14.300 en el departamento de La Paz.


En la Constitución vigente desde 2009, la hoja de coca tiene el rango de patrimonio por factores culturales y por su masticación o "acullicu" que practican algunos sectores sociales, pero una parte de la producción se deriva al narcotráfico para fabricar cocaína.


En julio pasado, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito presentó un informe que señala que Bolivia tenía en 2016 unas 23.100 hectáreas, 14 por ciento más de lo reportado en 2015.