Al fin, después de dos audiencias suspendidas, ayer comenzó el juicio oral en contra de Rodolo D.I., acusado del feminicidio de su exenamorada, la universitaria Lilian Dayana Galindo (18), quien fue asesinada con 34 puñaladas el 21 de septiembre de 2016, cuando miles celebraban el día del “Amor” en Cochabamba.

Los nuevos abogados del acusado intentaron, por todos los medios, dilatar el proceso presentando cinco incidentes y dos excepciones. Trataron de anular obrados, de objetar la competencia del Tribunal, de acusar a la Fiscalía de usurpar funciones, entre otras sindicaciones que los jueces declararon “sin fundamento”, luego de un análisis minucioso.

Los representantes de la Fiscalía acusaron a Rodolfo D.I. por el delito de feminicidio y pidieron 30 años de prisión, sin derecho a indulto. Los jueces le dieron al acusado la oportunidad de hablar y este se acogió a su derecho al silencio. Sin embargo, dio sus datos de identidad y aseguró que hasta que fue aprehendido, él vivía en Quillacollo, lo que no coincide con la realidad pues él alquilaba una habitación en la avenida Oquendo, donde se cometió el feminicidio. Rodolfo D.I. acotó que su primera declaración testifical fue hecha “bajo tortura”. En esa declaración, él admite que estaba con Lilian Dayana Galindo el día de su muerte, pero que no recordaba nada porque habían bebido mucho. Afuera del Tribunal Departamental de Justicia, integrantes de Mujeres de Fuego exigían justicia y celeridad a los jueces.

“La mataron, pero Lilian vive en nosotras, la callaron, pero nosotras somos su voz”, gritaban. En uno de sus carteles de protesta hacían alusión a un frecuente error cometido por policías y periodistas: “No existen los crímenes pasionales porque el amor no mata, la pasión no daña. Se llaman feminicidios y decimos basta”. El juicio se reanuda hoy a las 8:30.