El británico Lewis Hamilton (Mercedes) tachó ayer del listado de tareas pendientes la consecución de la pole en el circuito de Suzuka, el único trazado de los 20 que albergan una prueba del Mundial de Fórmula Uno que todavía se le resistía en una sesión de calificación.

Ayer, sin embargo, Hamilton cambió su suerte. Rubricó la décima pole de la temporada (la 71 en total) con una marca estratosférica: 1:27.319. Suyo es el nuevo récord en el complejo nipón.

“Se hizo esperar, pero, definitivamente, valió la pena”, comentó el inglés tras una sesión sin fallos, en la que condujo su monoplaza de la mejor manera.

Aunque a lo largo de toda su trayectoria en la Fórmula Uno ha conseguido la pole en otras 70 ocasiones, Hamilton destacó el valor de la reciente. Por cómo la consiguió y, sobre todo, ante quién.

“Todos pudieron comprobar en Malasia lo rápido que son los Ferrari. Era interesante volver a compararnos aquí. El equipo estuvo perfecto”.

Sebastian Vettel, a quien aventaja en 34 puntos en la lucha por el cetro mundialista, será su acompañante en la primera fila. Debía serlo Valtteri Bottas, pero el finlandés, portador de la otra flecha plateada, cederá cinco posiciones en la parrilla de salida como penalización por sustituir la caja de cambios en una mañana especialmente accidentada en Suzuka.

Tanto él como el también finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) testaron la dureza de las protecciones con sendas salidas de pista durante en una fatídica última sesión de entrenamientos libres: la reparación de sus monoplazas les costó una sanción de cinco plazas.

Eso permite al australiano Daniel Ricciardo y al holandés Max Verstappen reafirmar su propósito de brindar un nuevo podio a Red Bull tras su reciente doblete en Malasia.

El francés Esteban Ocon y el mexicano Sergio Pérez, de Force India, ven incrementadas igualmente sus opciones de terminar en los puntos, mientras el brasileño Felipe Massa suspira por brillar con su Williams en la casa de Honda.

Precisamente, un nuevo problema en la unidad de potencia expedida por el fabricante japonés vuelve a lastrar al español Fernando Alonso. El piloto de McLaren cerró la Q3 en la posición 10, pero saldrá último al tener que reemplazar el motor de combustión interna, el turbo, el MGU-H, el MGU-K, la batería y la unidad de control electrónico. “La carrera se presenta complicada”.

El doble campeón del mundo tendrá a su lado a Carlos Sainz, víctima de una sanción de 20 puestos por cambiar el motor de combustión interna, el MGU-H y el turbo de su Toro Rosso.

Apelan a la estrategia como única opción válida para la remontada en un circuito donde “el más mínimo error” puede penalizar mucho. Bien lo saben Sainz, Raikkonen, Bottas y el francés Romain Grosjean.

Sainz se cambia

Carlos Sainz se pasará de equipo. No estará más en Toro Rosso, con el que cumplió 56 grandes premios. Será parte de Renault.