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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Hombre que ordenó matar al Che está en la Llajta y es muy visitado

Hombre que ordenó matar al Che está en la Llajta y es muy visitado


“Primero el sacrificio de mi vida antes que el dolor de mi pueblo”. Ese inscrito sobresale en el lecho donde yace el cuerpo del expresidente de Bolivia René Barrientos Ortuño, el hombre que ordenó matar al Che Guevara, el 9 de octubre de 1967.

Su mausoleo ocupa un lugar privilegiado en el Cementerio General de Cochabamba. Está casi al ingreso y, a diferencia de otras tumbas, tiene un cerco metálico; es como un pequeño vergel que está flanqueado por diferentes especies naturales.

El llamado General del Pueblo murió hace 48 años en un accidente aéreo, dos años después de ordenar la ejecución de Ernesto Guevara. Entonces René Barrientos Ortuño era presidente de Bolivia, el primero que fue elegido constitucionalmente.

A casi medio siglo de su fallecimiento, en su mausoleo “nunca faltan flores frescas”. Sobre su tumba reposan cerca de una veintena de floreros de diferentes tamaños y colmados de liliums, rosas, ilusiones y otras variedades. Además, “para complacer los gustos del difunto”, los visitantes dejan en su mausoleo vasos repletos de bebidas: Gaseosa sabor cola, jugo de naranja y agua, “pese a que aún no es Todos Santos”, indicó un funcionario del camposanto.

Y es que, no hace falta que sea un día especial para que la gente se aproxime a los restos de Barrientos Ortuño. Incluso los dolientes que llegan al cementerio a poner flores a sus parientes, hacen una parada obligatoria en ese punto, aunque sea para persignarse.

“Este señor sí que era valioso pues”, dice en voz alta Ángel Terrazas, un hombre que llegó del interior del país y, en su visita al camposanto de Cochabamba, se detuvo en la tumba del General del Pueblo. Su mirada estaba perdida en el busto dorado que emula la figura de René Barrientos Ortuño, situado sobre la tumba.

¿Qué recuerdos le trae visitar la tumba de este expresidente de Bolivia?, se le preguntó. Suspiró y le sobraron halagos. “Aunque en ese entonces no estaba muy interiorizado con la política, sé que Barrientos Ortuño promulgó una nueva Constitución y promovió el derecho al voto. Con él retornó la democracia a Bolivia”.

Así lo recuerda él y casi toda la gente que, de cuando en cuando, lo echa de menos y acude a su encuentro imaginario.

Pero su pasado vinculado a la muerte del Che es un pasaje olvidado por la mayoría.



HISTORIA El 7 de noviembre de 1966, Ernesto Guevara inició la guerrilla en Bolivia y el presidente René Barrientos Ortuño dispuso todos los recursos para derrocarla.

Lo consiguió el 9 de octubre de 1967. Un día antes, el ejército boliviano acorraló al guerrillero y sus seguidores en La Higuera, Vallegrande (Santa Cruz).

El Che se hacía llamar Ramón, para esconder su verdadera identidad. El día de su captura, el general Gary Prado, recordado como el hombre que apresó a Ernesto Guevara, escribió un telegrama, a las 15:30 horas, indicando “Ramón encuéntrase en nuestro poder”.

El militar pasivo Diego Martínez contó a OPINIÓN que, tras el envío de ese telegrama, el coronel Joaquín Zenteno Anaya de la Octava División dio la orden de ejecutar al guerrillero. Sin embargo, la instrucción no se cumplió porque el entonces presidente de la República (Barrientos Ortuño) estaba en una reunión para determinar si matar al Che o no.

Recién a las 13:00 del 9 de octubre llegó la orden “Fernando 700”, de parte de Barrientos Ortuño, que significaba dar fin a la vida de Ernesto Guevara.

Uno de sus soldados, Mario Terán Salazar, es el que disparó al Comandante Guevara. "Póngase sereno, usted va a matar a un hombre", fue lo que el Che dijo antes de morir. “Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che cayó al suelo con las piernas destrozadas, se contorsionó y comenzó a regar muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en un hombro y en el corazón...", describe sobre la ejecución www.elmundo.es