-Maga (sobrenombre del director de la Filarmónica de Cochabamba, Augusto Guzmán), ¿me puedes dar tu autógrafo?

-insistió Jhasmín, de 9 años, luego de recabar firmas de algunos músicos que debutaron minutos antes, en el evento que se realizó anoche, en el Parque de la Familia.

Su madre explicó que la niña asistió por primera vez a un espectáculo de esa magnitud y quedó pasmada, no podía irse sin antes conocer a los artistas y al director.

El concierto inició a las 19:30 horas, con la presentación de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Instituto Laredo, que interpretó cuatro piezas y luego se presentó la Orquesta Filarmónica de Cochabamba, en medio de las aguas danzantes. El concierto concluyó a las 21:50 horas. Más de 200 músicos interpretaron 12 piezas, entre ellas “Boquerón”, compuesta por Huáscar Bolívar para la película del mismo nombre.

Centenares de personas se dieron cita en el parque. No había espacio para sentarse; incluso, rodearon el escenario para apreciar un estilo de música que no se oye todos los días, así definió, Carla Claros, una de las asistentes al espectáculo.

Las piezas sonaron y las luces acompañaron ese ambiente musical, en una fusión de bronces, cuerdas y percusión. Mientras los músicos interpretaban las melodías, las aguas del parque parecían moverse acordes al compás de la canción.

En el evento también participaron personalidades como el expresidente Jaime Paz Zamora. “Eligieron muy bien el escenario. Es placentero asistir a estos eventos”, dijo, mientras se acomodaba en medio de la multitud.

La rítmica del “1,2,3...1,2,3”, en la interpretación del Vals No. 2, de Shostakovitch, incentivó a una pareja bailar en medio del angosto pasaje que formaron las personas.

La secretaria de Cultura de la Alcaldía, Roxana Neri dijo que el espectáculo formó parte de la conclusión de la Serenata a Cochabamba.

Jhazmín logró seis firmas y se comprometió algún día formar parte de los 200 músicos de la Filarmónica.

Preparación

Guzmán informó que la preparación fue de dos meses. El escenario se armó 26 horas antes del concierto y se requirió de 40 micrófonos.