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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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MIRADAS ANTROPOLÓGICAS

¿Cronopio, fama o esperanza?

¿Cronopio, fama o esperanza?
Hay libros que marcaron mi vida, uno de ellos es “Historias de cronopios y de famas” de Cortázar. La primera vez que lo leí fue siendo adolescente. Volví a hacerlo algunas veces más, entendiéndolo mejor, tal vez porque yo había cambiado y comprendía de acuerdo a mi paso por la vida. Veamos por qué.

Cortázar publica la obra el 62. Es una recopilación de 64 relatos cortos, con mucho sarcasmo y reflexiones filosóficas invisibles. Es el fiel reflejo de la sociedad de entonces, sin embargo, adaptable a todos los tiempos. Tiene cuatro partes: “Manual de Instrucciones”, una ridiculización de situaciones repetitivas; “Ocupaciones raras”, donde se adoptan conductas extrañas frente al imaginario social; “Material plástico”, relatos del mundo laboral y actividades sencillas y placenteras, y, por último, “Historias de cronopios y de famas”, la que, sin duda, es una parodia del clasismo, y en la que Cortázar presenta tres tipos de personajes: los famas; los cronopios y los esperanza.

El fama es un ser burgués, rígido, organizado, sentencioso. Es meticuloso, prefiere el silencio, es exitoso económicamente, es filantrópico, pero puede destruir a otros por su codicia. Se preocupan por el orden y ocupan altos cargos políticos, o son empresarios. Los esperanza son seres apáticos, sedentarios, no tienen mayores anhelos, menos luchan por conseguirlos. Son simples, aburridos, ignorantes, rutinarios y habitualmente están sometidos.

El cronopio es un ser emotivo, desordenado, no previsor. Vive haciendo bullicio, puede estallar de alegría, de cólera o tristeza. Los cronopios son sociables, generosos, artísticos. Tienen una superioridad moral respecto a los famas. Son seres verdes y húmedos, que viven al margen de las cosas entre el arte y lo asocial. Son ingenuos, idealistas, muy sensibles y poco convencionales. Viven con pasión, disfrutan cada cosa que hacen sin sentir vergüenza y son envidiosos. Aman el mundo.

Cuando adolescente, algún momento de mi imaginario, quería ser fama, tal vez por el éxito, tal vez en el fondo deseaba triunfar en la vida, pero creo que en aquel entonces no entendí nada, porque el fama no habla hasta saber que sus palabras son las que convienen o no. Claro, en esta obra, el lector se siente impactado con estos seres y tiene el sentimiento de querer identificarse con alguno de ellos o separarse de los otros, sin que esa sea tarea fácil.

Cortázar toca fibras profundas del ser humano, de allí la importancia de la obra. Además, es interesante saber que a partir de la publicación, se dio inicio a formas distintas de mirar la vida, a partir del humor, como una matriz que representa el arte de entenderla y la relación entre ambos espacios: la vida y el humor.

Después de la publicación, gran cantidad de jóvenes comenzaron a utilizar los términos cronopio, fama y esperanza. Me imagino que comprendían la realidad social a través de la ficción. Muchos años pasaron y pienso en esta obra. Miro la vida, y a sus protagonistas los identifico con los famas, cronopios o esperanza.

El transitar entre lo real y lo fantástico es una obstinación controversial y misteriosa. Queda descubrir qué nos dicen al oído estos personajes, aquellos que trajinan en la complejidad de nuestro ser.