Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 14:22

EN VUELO

Argentina: viajé y vi

Argentina: viajé y vi
Reitero lo que muchas veces dije en esta columna: solo se puede ver la realidad si uno está en el lugar de los hechos, y esto me tocó en Argentina, a donde viajé llevando a mi bisnieto Andrés para que vea el partido de revancha de Wilstermann (Bolivia) con River Plate (Argentina) por el pase a semifinales de la Copa Libertadores de América. En Cochabamba, el equipo Aviador ganó por tres goles a cero. En el partido de vuelta, ustedes, estimados lectores, ya conocen de memoria el papelón y vergüenza que pasaron los miles de hinchas bolivianos que viajaron a la ciudad de Buenos Aires para ver el encuentro de vuelta. Todos ellos, así como los residentes bolivianos, no podían creer lo que veían.

Pero lo anterior es parte de otro tema, ya que el principal es lo que ocurre en ese país, situación que ni ellos ni ajenos pueden ni podemos entender. Un gran exjugador de fútbol como Diego Maradona tuvo problemas con las drogas. Recientemente hizo declaraciones y los medios de comunicación le dieron cobertura, no sé si por hacerse la burla, ya que este personaje es un mal ejemplo para la juventud. No sabe ni lo que dice y nadie entiende lo que dice por los problemas que tuvo.

Lo que también es muy difícil de entender es cómo hay tanta corrupción comprobada y nadie hace nada. Muchos robaron y están libres. Lo peor es que ahora son candidatos a puestos públicos cuando tienen condenas de cárcel, como el expresidente Carlos Menem, sentenciado a siete años de cárcel y hoy candidato a senador. Por esta razón, ya en un programa cómico dijeron que, si usted siendo empleado público robó 100 mil dólares al Estado va a la cárcel, pero si robó más de 500 mil dólares puede presentarse para candidato a diputado, arriba de 3 millones a senador; si robó 6 millones a gobernador, y para presidente habría que robar 100 millones. Si la cifra es mayor, tiene mucho más chance de ganar la elección.

En tanto, los precios de todos los alimentos están por las nubes. En el transporte, los precios de los taxis en la ciudad de Buenos Aires creo que son los más caros del mundo. Si usted se enferma, los precios de consultas médicas y de los remedios están también por las nubes, algo que nadie se explica en Argentina.