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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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INNOVACIÓN Y FINANZAS

Empresa familiar y el reto de innovar

Empresa familiar y el reto de innovar
La empresa familiar está muy arraigada en nuestra cultura, no solo en nuestro país, sino también en el continente. En efecto, en América Latina, nueve de cada diez empresas son familiares, generan el 67 por ciento del empleo y aportan el 40 por ciento del PIB. En Bolivia, representan el 90 por ciento de la red empresarial, y más del 80 por ciento del empleo privado.

Por la importancia que tienen estas empresas en el país, se requiere que se adapten cuanto antes a las nuevas tecnologías digitales, con el objetivo de innovar. Para que estas empresas ingresen a lo que se ha llamado la Industria X.O., en la que los países triplicarán por lo menos su productividad, es necesario el cambio de sus modelos de negocio, transformando su ciclo completo desde la ideación de un producto hasta su lanzamiento. Las empresas familiares tienen la oportunidad de hacerse más competitivas, de ser más ágiles y eficientes, de acercarse más y conocer mejor a sus clientes. De esa manera, se busca que se conviertan en más productivas a través de la innovación y automatización, para de esa manera cambiar la manera de hacer las cosas. Pero no se trata de producir más y trabajar como siempre. El desafío digital implica transformaciones profundas, de mentalidad y cultura empresarial, sin perder identidad y los valores heredados por sus fundadores, que son el motor de su crecimiento.

Pero estas empresas no solo tienen que afrontar este reto, sino gestionar con prontitud sus propios desafíos, relativos a la necesaria profesionalización mediante la incorporación de nuevas tecnologías, el desarrollo de protocolos de familia para asegurar una sucesión pacífica y relevo generacional, la introducción de mejores prácticas en gobierno corporativo para la separación de las decisiones familiares, etc.

Conocemos muchas de estas empresas familiares que son la base de nuestra economía y, por tanto, generadoras de riqueza y empleo. Muchas de estas son del rubro productivo: laboratorios farmacéuticos, fábricas de alimentos, embotelladoras de gaseosas, fábricas de materiales de construcción, etc. Estas empresas, en los últimos años, han tenido un apoyo financiero importante de los bancos para ajustarse a los nuevos escenarios competitivos de países vecinos y de ultramar. Sabemos que muchas han modernizado y automatizado sus procesos, con el objetivo de hacerse más eficientes. Sin embargo, la inversión en investigación y desarrollo no ha ido con la misma dinámica, por lo que preocupa que la innovación se haya quedado como una agenda todavía pendiente.

Las empresas familiares que en este periodo de "vacas gordas" hayan hecho inversiones para innovar y automatizarse podrán seguir haciendo procesos de validación en el mercado y seguir comercializando con éxito sus productos, pese a la competencia. Son empresas que habrán potenciado su equipo gestor, incorporando o desarrollando líderes emprendedores a innovadores. Habrán hecho un análisis profundo del mercado y de sus capacidades de seguir fidelizando a sus clientes y creando en productos basados en su feedback y, finalmente, gestionado adecuadamente su posición financiera ante el sistema financiero y proveedores.

Las empresas familiares reconocidas en el mercado boliviano se caracterizan por tener un grado de vocalización muy fuerte en su estrategia. Se orientan a mercados grandes y en crecimiento, identificando segmentos de mercado concretos que están dispuestos a pagar por sus productos innovadores. Son empresas que se desarrollan en sectores que son potencialmente crecientes y atractivos.