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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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OJO ENERGÉTICO

Rol del GNL en un planeta eléctrico

Rol del GNL en un planeta eléctrico
Recientemente participamos de un importante evento de energía en Panamá, con el objetivo de visualizar las implicancias de la pronta llegada del gas natural (GNL) a ese país y Centroamérica. Los menos argumentaban que era muy tarde, pero la realidad nos demuestra lo contrario. El gas natural será el energético de transición del siglo XXI. Analicemos por qué.

El planeta se está preparando para girar muy decisivamente a funcionar en base a electricidad, con energía hidráulica, solar y eólica, con baterías de almacenamiento de respaldo y con redes inteligentes más robustas, eficientes y dinámicas, que serán disruptores y complementos para ir dejando atrás combustibles fósiles como el carbón en la generación eléctrica y los derivados del petróleo en el segmento transporte.

Inglaterra y Francia han anunciado que no podrán circular vehículos con derivados del petróleo después del 2040. California, a decir la cuarta economía mundial, con su sistema de créditos e incentivos, acaba de aprobar otro fondo de tres billones de dólares para que ciudadanos de escasos recursos puedan adquirir vehículos eléctricos y fomentar más estaciones de carga en todo el Estado. China, el país que más demandará vehículos, está analizando medidas para acelerar la entrada de vehículos eléctricos. Varios otros países estudian políticas en este mismo sentido.

Con estas medidas, a los fabricantes de automóviles no les queda más que invertir ingentes cantidad de recursos en investigación tecnológica para bajar costos y subir eficiencia en los rendimientos de los futuros vehículos eléctricos. Todo indica que ese es el derrotero por ahora, y que caminamos hacia el principio del final de la era del petróleo.

La pregunta que surge inmediatamente es: ¿de dónde saldrá la oferta eléctrica necesaria para atender las necesidades de crecimiento de generación tradicional y ahora para el segmento vehicular? Es muy cierto que las energías renovables, con sus eficiencias y el acoplamiento de baterías de almacenamiento y redes inteligentes, son una parte de la solución de la oferta eléctrica necesaria, pero el gas natural cumplirá un rol fundamental en esta transición.

El gas natural es abundante. Existen reservas probadas mundiales cercanas a los 6.055 Trillones del Pies Cúbicos (TPC), que alcanzan para 54 años. Si agregamos que hay recursos técnicamente recuperables de shale gas cercanos a los 7.300 TPC, existe gas natural para 110 años y hay mucho por descubrir y destrabar.

De los combustibles fósiles que consumimos (carbón, petróleo y gas natural), el gas natural contribuye y emite mucho menos CO2 en la combustión, y es una solución para la descarbonizacion del planeta y para los acuerdos logrados en París en materia climática. El gas natural es tremendamente eficiente para generar energía eléctrica en plantas de ciclo combinado, llegando a recuperarse cerca del 65 al 70 por ciento de la energía que se inyecta. Estas plantas de ciclo combinado son además extremadamente competitivas en inversión inicial, en sus costos de operación, y son muy flexibles para respaldar energías renovables intermitentes como la del agua, eólica y solar.

Existe una robusta infraestructura desarrollada para transportar y comercializar gas natural por gasoductos y también por GNL. El número de países que utiliza GNL se ha incrementado notablemente en los pasados tres años. La nueva oferta de GNL de Catar, Australia, y más recientemente de EEUU, está permitiendo mayor flexibilidad en el suministro, gozar de precios mucho más competitivos y nuevos marcadores de precio mejorando las condiciones de competitividad para el gas natural. El GNL ya aterriza en una serie de países que no cumplen los denominados “investment grade”, que eran un mandato en esta industria hasta hace muy poco.

Finalmente, en el evento quedó muy claro que los vehículos livianos del futuro podrán ser gran parte eléctricos. Empero, el transporte pesado y maquinaria pesada tendrán al mini GNL como una fuente alternativa eficiente y con gran autonomía en el suministro. De la misma manera, nadie visualiza barcos y transatlánticos eléctricos, sino los mismos funcionando con GNL.

Por lo anotado, el gas natural y el GNL tienen un promisorio rol que cumplir en la transición a un planeta más eléctrico.