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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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MIS CIRCUNSTANCIAS

Elogio de la hinchada roja

Elogio de la hinchada roja
Realmente fue intenso el mes por el flujo de emociones que trascenderán en el tiempo, como la ilusión ilimitada que se alimentó un 14 de septiembre inolvidable.

En pocos días, de la expectativa a la frustración, que dio rienda suelta a demonios que abusan de redes sociales, donde almas anónimas o conocidas opinan o escriben lo que les viene en gana, algunos hasta delictivamente, difundiendo cualquier rumor, insertando calumnias y difamaciones.

Fue muy grato para el espíritu presenciar la cálida recepción, de pie y con aplausos, que seguidores ofrecieron a Wilstermann en el estadio, para alentarlo ante Oriente, al que vencieron fácilmente por 2-0. Podían anotar muchos más, porque las ocasiones superaron la docena.

Para mí, el protagonista de la jornada fue el público, más allá de las buenas actuaciones de Pochi Chávez, Saucedo, Silva y otros, porque después de sufrir esa apabullante goleada, decidieron sobreponerse y alentar a los jugadores, para que vayan tras la nueva ilusión del título del torneo Clausura.

Cientos de aficionados, incluyendo a los que se sumaron en Argentina, sufrieron en carne propia el rigor del fanatismo hostil, que convierte una pasión en acciones vandálicas, lo que ojalá nunca se vean en Cochabamba y el país.

La Copa Libertadores de América 2017 deja una serie de lecciones que servirán como experiencia para que nunca más los equipos se sientan menos desde el principio. Los bolivianos tenemos derecho a soñar con igualar el fútbol de equipos más poderosos, sobre todo económicamente.

¿Que el fútbol es una mafia? Creo que ya nadie duda, porque se juegan intereses estratosféricos. Pero es un deporte que apasiona a veces sin límites. Los clubes bolivianos deben estar preparados si realmente su intención es competir.

Frente a rumores, como las apuestas y otros, la reacción de aficionados y dirigentes ha sido la más atinada: apoyar y concentrar la atención en el torneo que, si bien siempre será difícil, se puede ganar, por lo que se ha visto hasta la novena fecha.

Mensaje a Mosquera: ¡Basta de peroratas y lecciones de ética periodística, haciéndose a la víctima! Que se dedique a trabajar con el equipo para conseguir el título que los adeptos ansían y merecen, por su ejemplar lealtad.