Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 10:58

Joya de artesano veterano gana concurso orfebre

Jaime Vargas, con más de 50 años de experiencia, resultó ganador del concurso realizado en el marco del Taller y Exposición de Orfebrería.
Joya de artesano veterano gana concurso orfebre


Todos los orfebres con años en la profesión tienen en las uñas la huella evidente de su oficio. Es la marca evidente del haber trabajado usando las manos como herramienta principal. Herramienta que, con otras auxiliares, ha encontrado los secretos para transformar los metales preciosos, duros como son, en finas joyas con diseños precisos. Todos los orfebres tienen en las uñas la evidencia de su oficio, y tienen firme el apretón de manos.

La orfebrería es un oficio milenario. Toda civilización, mucho antes de Cristo, se ha preciado de sus joyas y de ellas tenemos evidencias arqueológicas. El territorio boliviano, incluso en la época precolonial, fue esencialmente minero. La plata del Cerro Rico de Potosí, por ejemplo, configuró una identidad local a partir del trabajo de este metal.

Justamente, celebrando esa tradición, la Federación Nacional de Orfebres y Relojeros de Bolivia, y la Asociación de Orfebres de Cochabamba, con colaboración de la Secretaría de Cultura del Municipio, clausuraron ayer el Taller y Exposición de Orfebrería que, desde el 20 de septiembre se desarrolló en la Casona Santiváñez.

El evento concluyó con la premiación a un concurso interno, entre los maestros orfebres. Desde el inicio del evento, cada uno de los expositores debía realizar una pieza de joyería a la vista de los asistentes. Los expositores estuvieron encargados de juntar cuotas para el premio principal, que recayó en el trabajo de Jaime Vargas, un artesano con más de 50 años en el oficio.

La pieza ganadora de 100 dólares, fue un dije, de forma triangular, diseñado sobre una lámina de oro, en cuyo interior se ven caladas las figuras de una llama, su pastor, y un mapa de América. No deja de ser sorprendente la capacidad de llegar al detalle de esas imágenes utilizando herramientas rudimentarias, consumiendo al orfebre solamente un día y medio de trabajo.

Jaime Vargas aprendió el oficio en la Joyería Inti Wasi en su juventud y ahora realiza trabajos en su domicilio para distintas joyerías, incluida la confección manual de cadenas. La pieza ganadora también está a la venta.

Para los interesados en aprender este oficio, Jorge Rivas, orfebre con más de 35 años en el rubro, ha creado el Centro de Capacitación Técnico Rivas. El artesano, que aprendió la técnica de su padre y también la transmitió a sus hijos, vivió un tiempo en Tipuani y las zonas auríferas del país, realizando trabajos en oro. La escuela Rivas se encuentra en la calle Esteban Arze y Calama y recibe a la gente interesada en aprender con un fin profesional, así como a quienes quieran aprender por hobbie.

A pesar de que el evento contó con la aprobación de la mayoría de los participantes, el orfebre Rubén Darío Vidal Rocha, reclamó enfáticamente carencia en la difusión del evento, compromiso asumido por el Municipio, considerando una falta de respeto hacia los profesionales del metal la carente publicidad.

Por cuenta del Municipio, José Heresi asumió un contratiempo con la imprenta encargada de realizar los trípticos, baners y afiches.