Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 15:53

Plazuelas y parques son los testigos silenciosos del amor

Los árboles y las bancas de estas áreas verdes guardan un sin fin de historias sentimentales como rupturas amorosas, reconciliaciones, reencuentros y otros. <BR>
Plazuelas y parques son los testigos silenciosos del amor



-¿Dónde nos vemos, amor?- pregunta Miguel.

-En el Lincoln, donde siempre- responde María. La banca de color verde, ubicada al norte del parque, cerca de la avenida Gabriel René Moreno, se ha convertido en el sitio especial de esta joven pareja.

Es su lugar favorito porque hace cinco meses, ahí fue su primera cita, y esa banca fue testigo del “Sí, quiero ser tu novia”, cuando Miguel declaró su amor y le hizo la propuesta.

Cuenta que en una de las bancas plasmaron sus nombres dentro de un corazón para presumir su sentimiento que se inmortaliza hasta quién sabe cuándo.

“A veces nos vemos aquí, otras en la plazuela Sucre, la Cobija, La Torre, en fin, dependiendo dónde estemos, para pasar el rato juntos, confiesa Miguel.

Las 300 plazuelas y parques que existen en el Cercado, que están cerca de instituciones educativas públicas o privadas, son puntos de encuentro

de parejas de estudiantes que pasan un efímero

momento.

“Después de clases te veo”, “Te espero ahí”, “Donde siempre”, son algunas de las frases que

suelen utilizar.

A diario, las bancas de las plazuelas y parques son el reposo de personas que aguardan, descansan y de parejas jóvenes que expresan su amor. “Aunque sea un ratito”, dice Miguel.

OPINIÓN hizo un recorrido por diferentes plazuelas del Cercado (Sucre, La Torre y Universitario que están cerca de la Universidad Mayor de San Simón; Cobija, Corazonistas, Colón, San Sebastián) y constató, en una más que otra, la presencia de

enamorados.

Cuentan que en alguna oportunidad fueron criticados y hasta echados del lugar por los vecinos.

Cada pareja tiene su historia, su lugar especial de reencuentros, reconciliaciones, que seguro serían historias sin finales. “La manera en cómo nos conocimos es particular, creo que todos tienen ese común denominador”,

dice María.

Desde el lunes, en diferentes plazuelas y parques del Cercado, se han instalado pequeños kioscos por el Día del Estudiante y del Amor, donde se exponen tarjetas, flores y osos de peluche de diferentes precios y tamaños.

“Sabemos que en estos lugares están muchos enamorados y aprovechamos en ofrecer nuestros productos y la mayoría compra”, indica la doña Selina.

CORREO Las gradas de la Empresa de Correos de Bolivia (Ecobol) o el reloj la avenida Ayacucho y Heroínas, también son puntos de encuentro de parejas.

Las vendedoras de distintos kioscos del lugar fueron testigos de historias. “Una vez he visto a una pareja que se abrazó por varios minutos, sin soltarse, fue el encuentro más largo que he visto, y después el joven me ha comprado un peluche para ella”, explica doña Irenice.

ANTES Hasta hace más de una década, los encuentros entre las parejas eran diferentes, cuenta Marcela, una madre de familia. “Tenías que planificar por cartas o por mensaje de texto, No era fácil como ahora, incluso creo que era más sincero”.

Sin duda, los tiempos y las prácticas de encuentros amorosos difieren con las nuevas generaciones. La psicóloga Marleny Lora afirma que la familia es la causante del cambio de enamoramiento. “La educación familiar es la responsable de la pérdida de valores de la sociedad”. “Existe libertad que se da al momento de enamorar.

Festejos 

Hoy, 21 de septiembre, se celebra seis fechas especiales: Día de los médicos, estudiantes, fotógrafos, primavera, amor y la paz.

El amor y las prácticas en el mundo andino

Las prácticas del mundo andino difieren a la ciudad y no existe el festejo del Día del Amor, según el antropólogo José Rocha.

La fiesta de Todos Santos es el inicio de búsqueda de pareja y este ciclo de amor concluye en febrero, en los carnavales. Las Wallunk´as, una actividad que aglomera a decenas de jóvenes, lo utilizan como una excusa.

En la rutina citadina, el intercambio de regalos, tarjetas, peluches y demás son prácticas comunes en las que se invierten hasta 1.000 bolivianos o más para reflejar el amor.

En cambio en el mundo andino basta con el tiempo. Los espacios de trabajos, ferias o alguna otra actividad puede ser el medio para el encuentro de los jóvenes enamorados.

“El mejor regalo que se da es el tiempo, porque ellos saben que eso es lo que más cuesta”, agrega Rocha.

El robo de alguna prenda de vestir, del varón a la mujer o viceversa una muestra de intereses. Si es correspondido, la búsqueda será mutua.