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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Despiden con honores al policía abatido en atraco

Despiden con honores al policía abatido en atraco


El féretro del policía Carlos Gutiérrez Valenzuela (31), ascendido de teniente a capitán tras su muerte, llegó ayer a las 17:10 a Cochabamba en el vuelo 643 de Boliviana de Aviación (BoA). Dos horas antes, decenas de sus camaradas ya esperaban en la plataforma del aeropuerto para recibir los restos del efectivo que murió abatido por los atracadores de EuroChronos.

En las filas de los policías había un profundo pesar por lo ocurrido. Un grupo tarareó una estrofa del Himno al Policía, que como nunca cobró sentido frente al ataúd de Gutiérrez. “Guarda fiel, qué te importa la vida, si alumbrando te mata el deber”.

El capitán Carlos Gutiérrez fue uno de los primeros en llegar a EuroChronos, luego de que su patrulla fuera avisada del atraco en proceso. Tenía la misión de cerrar el acceso a la avenida Irala, para acordonar y aislar el lugar, pero apenas estacionó la camioneta policial, en plena calzada, los delincuentes dispararon sin piedad hacia esa vía.

Uno de los proyectiles, perforó su cabeza y le arrebató la vida, sus sueños y su futuro en unos segundos. Fue la primera víctima fatal del oscuro jueves 13 de julio.

Gutiérrez era natural del municipio de Quillacollo. Estudió en el colegio Urcupiña y desde chico, anheló ser policía. Para su madre, Marianela Valenzuela, fue un enorme sacrificio lograr, sola, que su hijo estudie en la Academia de Policías, pero su vocación era sincera y todo esfuerzo fue bien respondido por el joven. Gutiérrez se convirtió en papá hace 10 meses y planeaba casarse pronto con la madre de su bebita, según su tío. Hace una semana llegó a Quillacollo y visitó a su abuela, con la que mantenía una relación entrañable. “Siempre decía: ‘Hola, ya llegué. Me extrañaron?’. Lo vamos a extrañar toda la vida desde ahora”, lloraron sus tías.

Marianela Valenzuela no podía hablar siquiera. Su dolor de madre la superaba. Aferrada a la bandera boliviana con la que cubrirían el ataúd de su hijo, las lágrimas no cesaban de rodar por su rostro sombrío. Los policías le rindieron honores y llevaron sus restos en hombros hasta el salón de Las Banderas del Comando de la Policía. El gobernador Iván Canelas dijo que él no era una víctima de la delincuencia, sino un héroe de la seguridad ciudadana. Carlos Gutiérrez será velado hoy en Quillacollo. Sus familiares recibirán un reconocimiento póstumo en su nombre.