Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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OJO DE  VIDRIO

Urea y mercado interno

Urea y mercado interno
Comprendo y hasta entiendo las razones por las cuales algunos medios y analistas se alarman de la inauguración de la planta de urea y amoniaco en Bulo Bulo, con una inversión de casi mil millones de dólares, justo la suma que pidió Goni a la comunidad internacional para erradicar la hoja de coca y solo le dieron 11 millones de dólares en equipos para la DEA, los Leopardos y las tres unidades militares. Se los dio la Embajada. Las razones radican en la exportación: “Exportar o morir”, como decía Goni; “Bolivia se nos muere”, como decía don Víctor; o Bolivia, un Estado fallido, como decían analistas estadounidenses y repetían periodistas bolivianos.

Para empezar, una inversión así no es moco de pavo para la economía regional. Segundo, no entendemos la ubicación geográfica de Cochabamba como sitio intermedio entre tierras altas y tierras bajas (la mitad de nuestro territorio es Amazonía), y además entre ambos océanos. Por último, nuestro futuro está ligado al desarrollo del mercado interno desde la colonia.

Nunca antes Cochabamba había sido el escenario de la inversión pública en varios rubros: en Ivirizu, con la hidroeléctrica; en el puente más largo del país sobre el río Kuri, en la planta de urea y amoniaco, en el Parlasur, en los Juegos Odesur y en el tren metropolitano, y ahí la paro.

En el caso de la planta, la urea de Bulo Bulo permitirá ampliar nuestra frontera agrícola de 2.7 a 17 millones de hectáreas. Un objetivo así en los próximos años significa llenar el mercado interno, abastecer el mercado interno y solo exportar los excedentes.

La urea es un fertilizante común en el mundo. En Bolivia, con esos cálculos, vamos a cuadruplicar la producción en un sector de alimentos que, en lo que va del año, ha crecido en más del ocho por ciento. En urea, los pastos que dan 4.600 kilos por hectárea, con ese fertilizante subirán a casi 13.500 kilos por hectárea, tres veces más para mayor cantidad de ganado y de otros productos como la leche. Una hectárea produce hoy 1.712 kilos de arroz, pero con urea producirá más de 3.500, casi el doble; trigo sin urea, poco más de 1.500 kilos, pero con urea, 2.300 kilos; por último, el maíz duplicará su producción actual.

La planta de urea significa el cumplimiento de la agenda de octubre, que exigía la industrialización y no solo la exportación. Transformando el gas hemos dado este paso crucial.

Resta la exportación inicial a Brasil y las proyecciones a Europa y Asia; pero hay que entender que la urea y el amoniaco de la planta están destinados sobre todo al mercado interno.