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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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NOESIS

Siembra y otros cosechan

Siembra y otros cosechan
Bajo el radical liderazgo del Mallku, a partir del 2000 y hasta el 2005, se produjeron diferentes actos de rebelión, asedio y bloqueos de caminos en las ciudades y campo que se oponían al neoliberalismo. Y ya todos sabemos que lo que sembró el Mallku y otros radicales líderes de izquierda e indianistas fue cosechado por los que, a última hora, y bajo el principio bourdiano del “habitus”, se apropiaron, lo rebosaron con la simbología adecuada al momento, y se montaron en el Gobierno en 2006. Por supuesto, nada de ello hubiese sido posible sin el oportunista financiamiento material e intelectual de ONG y líderes de comunicación que consideraban al Mallku, a quien también alimentaron en su momento, como demasiado radical y racista. Evo les parecía más digerible y manejable para hacer realidad el socialismo del siglo XXI, encabezado entonces por Chávez y Lula. Labraron un áurea mesiánica en torno a Evo. Una vez en el poder y con el pasar de los años, se convirtió en su perseguidor, silenciador y denigrador más sagaz. Habían creado un demonio que no solo decidió hacer su propio averno, sino quemarlos a todos en él, y se mostraba decidido a no abandonarlo jamás.

16 años después, como si de las cenizas saliera, a propósito del conflicto de un alcalde oficialista acusado de corrupción y de unas bases que por denunciarlo son perseguidas y encarceladas, emerge nuevamente el Mallku, elegido en Achacachi por sus bases, para conducirlos contra un Gobierno que, a decir de él mismo, “es peor que los neoliberales”. Aparte de las causas sociales, parece que también lo mueve un dolor muy personal. Lo recordó en una entrevista en radio Éxito (el 21 de agosto). Ahí señaló que su hijo Ayar murió luego de que publicara varios libros indianistas en contra del Vicepresidente y el Gobierno. Como es norma, el Gobierno reaccionó a través del ministro de la Presidencia, René Martínez, quien señaló que en el conflicto de Achacachi hay una intención "conspirativa”, y aseguró que existen intereses de la Embajada de EEUU y políticos de "derecha” que buscan generar la inestabilidad del Gobierno. Responsabilizó a Felipe Quispe de estar detrás de estas acciones. Además, calificó de "artificiales y ficticias” las alianzas que logró Achacachi con los indígenas del Tipnis, el magisterio urbano de La Paz y Adepcoca, señalando que se intenta articular "residuos de problemas que individualmente no se resolvieron y que son monitoreados contradictoriamente por una masa amorfa” (LR, 22/08/17) (...).