Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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DE FRENTE

Agonía institucional

Agonía institucional
Lo que sucede en la Policía Boliviana resulta altamente preocupante, se trata de una institución a la que acudimos todas las personas cuando nos encontramos frente a un conflicto o requerimos de auxilio. No importa la condición que tenga la persona, sea rica o pobre, siempre llega un momento de la vida en la que se tiene que interactuar con algún funcionario/a policial, lo que no sucede por ejemplo con el Ejército a cuyos miembros la gran mayoría de la población los ve únicamente en los desfiles cívicos.

Por esa relación cotidiana de la Policía, por ese interactuar diario de sus miembros es que se necesita con mucha urgencia encarar con seriedad, serenidad, sin demagogia ni cálculo político los problemas que enfrenta internamente y en su relación con la sociedad.

Los hechos en los que se hallan involucrados miembros de la institución no son algo que se puede dejar pasar, son denuncias gravísimas que van desde crímenes de lesa humanidad como ejecuciones sumarias, secuestros, violaciones sexuales a personas privadas de libertad y otras, a delitos que los vinculan con el crimen organizado dedicado a la trata, la explotación de la prostitución, el tráfico de drogas y de armas y, también se denuncia de la existencia de grupos delincuenciales fuertemente enraizados dentro la institución.

La experiencia profesional nos permite afirmar que también existen jefes, oficiales, suboficiales y personal de base que trata de hacer su trabajo de la mejor manera, que vive modestamente con el mísero salario que percibe y soporta estoicamente los abusos, la prepotencia, las humillaciones y las injusticias que se cometen contra ellos/as, tanto internamente, como en la calle de parte de gente que no pierde oportunidad de sacar provecho de la situación por la que atraviesa la institución verde olivo.

Si las autoridades llamadas por ley y la ciudadanía son conscientes de la peligrosa agonía en la que se encuentra la Policía Boliviana, qué es lo que se espera para poner en marcha un plan de reforma integral que le devuelva la respetabilidad y la confianza ciudadana. No es posible quedarnos simplemente a echar piedras contra ella, el riesgo es que los cerca de 40 mil efectivos terminen al servicio de bandas criminales que desplazadas de países en los que existe mayor fortaleza institucional, consideran a Bolivia el paraíso para sus actividades. Lo que sucede con la Policía en México, El Salvador, Honduras y otros debe ser tomado en cuenta y, así sea por única vez en su vida el poder político, debe despojarse de su afán de instrumentalización y encarar la reforma orgánica de la Policía antes de que sea demasiado tarde.