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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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DE FRENTE

Visita papal

Visita papal
El papa Francisco visita Colombia en un momento en el que el país se encuentra empeñado en recuperar la paz perdida hace más de 50 años y cuya ausencia causó cientos de miles de muertes, mayoritariamente de gente que no eligió ser parte de un conflicto inicialmente promovido por un grupo de jóvenes que cansados/as de la injusticia, la desigualdad, la prepotencia del poder económico y político, cargados/as de ilusiones de un mundo mejor, hicieron frente al ejército guardián de los intereses oligárquicos con la esperanza de derrotarlo y alcanzar la justicia social a la que aspiraba la mayoría del pueblo colombiano; sin embargo, la perversidad de la guerra hizo que esos sueños no solo se prolongaran, sino que nunca llegaran; pues con el paso del tiempo la guerrilla de las FARC se fue haciendo tan funcional al sistema capitalista, que se convirtió en un modo de vida vacío de ideología y, al igual que cualquier industria con ansias de expansión, dejó de lado sus principios revolucionarios y escrúpulos éticos para establecer alianzas espurias con el narcotráfico y otras expresiones de la delincuencia para cometer delitos atentatorios a la vida y la seguridad de seres humanos considerados “enemigos”.

Por su parte, el Estado colombiano, con ayuda de Estados Unidos, fortaleció su ejército, cometió las más aberrantes violaciones a los DDHH y permitió que las oligarquías consolidadas en un país rico en recursos naturales, formen grupos paramilitares criminales y sanguinarios con la expresa tarea de eliminar a poblaciones enteras instaladas en territorios de interés de poderosos terratenientes, industrias extractivas y otras. Las cifras de víctimas de estos grupos en muy poco tiempo superaron a las causadas por el enfrentamiento entre la guerrilla y el ejército; miles de hombres, mujeres, niñas/os, ancianos/as asesinados/as, millones de personas desplazadas de sus territorios tuvieron que ir a engrosar los cinturones de miseria de las grandes ciudades o emigrar del país.

Las víctimas de las acciones de uno y otro lado suman aproximadamente 8 millones, las que legítimamente exigen reparación al Estado colombiano por los muertos, desaparecidos, secuestrados, etc. y sobre todo la devolución de las tierras hoy en poder de las oligarquías.

¿Será el propósito de la bien recibida visita papal, además de saludar los acuerdos de paz, lograr compromisos serios de cumplimiento de las justas demandas de las víctimas? La paz sin justicia no es paz duradera y eso lo sabe Francisco y ojalá entiendan el Estado y el Gobierno colombianos.